El Gobierno debería atender el requerimiento de empresas comerciales y gremios empresariales de transferir el Día de las Madres para el último domingo de junio, cuando ya estaría en vigencia el retorno controlado a la normalidad, lo que sería el mejor momento para impulsar las actividades económicas.

Desde enero, cuando no se tenía visibilidad del impacto devastador que tendría el coronavirus, empresas mayoristas y minoristas realizaron las compras de los artículos que ofertan para las madres, lo que representa activar líneas de crédito con la banca comercial que no podrían honrar por falta de liquidez.

El Producto Interno Bruto (PIB) experimentó cero crecimiento durante el primer trimestre de este año y el Indicador Mensual de Actividad Económica se desplomó en marzo 9,4% por el cierre del comercio y de actividades productivas a causa del coronavirus. Se anticipa que el periodo abril-junio sería peor.

Lo que en otras economías se define como Índice de Confianza del Consumidor es un indicador vital en todos los esfuerzos que Gobierno y sector privado emprenden para relanzar la economía, porque del consumo de bienes y servicio depende la supervivencia de la industria, el comercio y demás agentes económicos.

Transferir el Día de Las Madres para el último domingo de junio permitiría sentar las bases objetivas para iniciar en firme el proceso de recuperación económica por el lado del consumo, lo que beneficiaría la fiscalidad oficial y a la sanidad de la cartera bancaria.

En la economía dominicana circulan más de 50 mil millones de pesos, un torrente financiero que debe retornar a su círculo virtuoso de estimular el crecimiento económico, la estabilidad monetaria y el control del déficit fiscal, todo lo cual se lograría por vía del estímulo al consumo y a la producción.

Es por eso que las autoridades deberían acoger la propuesta de la Unión Nacional de Empresas Comerciales y de otros gremios, de transferir el Día de las Madres, que se festeja el último domingo de mayo, para el 28 de junio, cuando se haya iniciado el retorno controlado a la normalidad.

Si el Día de Las Madres se celebra el último domingo de junio sería una ocasión propicia para que la industria, el comercio y la pymes encuentren un nicho adecuado de actividades económicas que le sirvan de impulso para afrontar momentos tan difíciles y poder sobrevivir junto a los empleos que generan.