He dicho en innumerables ocasiones, que en el Ministerio de Relaciones Exteriores se ha anidado un grupo del partido de gobierno incapaz de producir un hecho, y que su único propósito ha sido el de acudir a la cancillería a asaltar los puestos de trabajo, defenestrando a la mayoría encontrada allí, usando los empleos como un fin en sí mismo.

Sin agenda, bitácora o plan alguno, agregado a esto que ese “equipo” no ha traído un solo dólar al país en nuevas inversiones, y con un total desconocimiento del funcionamiento de las instituciones, la cancillería improvisa en las relaciones exteriores.

El resultado del “quítate tú pa` ponerme yo” y alzarse con el botín de guerra de los empleos, que ha sido la práctica común de las actuales autoridades del MIREX, ha sido el agravamiento de los servicios a la diáspora dominicana, que paga con creces la política de improvisación y anarquía en que vive la diplomacia actual.

En esta telenovela diplomática que únicamente genera insatisfacciones y resquemores, y que a la postre colocan al MIREX de espaldas a los intereses del país, se abandona a su suerte a miles de compatriotas que quedan atrapados en las arenas movedizas de la ignominia y el engaño.

Causó pena, rabia y vergüenza el hecho de que varias familias banilejas hayan tenido que disponer de 15 mil dólares para traer al país los restos de sus parientes muertos en México mientras intentaban cruzar para Estados Unidos.

Más doloroso aún ha sido el hecho de que durante todo este tiempo el esfuerzo individual de familiares que acudieron al país azteca con sus propios recursos en procura de sus seres queridos, fuera manipulado por la cancillería, que se mantuvo enviando notas de prensa a los medios, haciendo creer que los cadáveres llegaban al país por gestiones de la institución.

Inmediatamente un periódico sirvió la información de que el arribo de los tres primeros féretros fue debido a la propia diligencia de sus parientes, develándose la malsana gestión de la representación internacional dominicana (good for nothing), entonces las incapaces autoridades del Ministerio de Relaciones Exteriores (MIREX) sin un mea culpa de su abyecta y pecaminosa conducta, argumentaron que pagarían a los consanguíneos.

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