Faltando ocho semanas para los comicios de 1990 la Junta Central Electoral concedió al doctor Peña Gómez el PRD, sigla que era objeto de disputa legal con el licenciado Jacobo Majluta, quien había sido su candidato presidencial en 1986. En el momento se apreció que fue una resolución correcta del tribunal electoral, porque el líder de color contaba con la mayoría de los dirigentes de la entidad política.
Pero más que una resolución que descansaba en la lógica, fue una jugada del balaguerismo, porque Peña Gómez era el candidato idóneo para disputarle a Bosch los segmentos liberales, sobre todo de la clase baja, con la que el antiguo líder conectaba con su oratoria y era percibido como uno de los suyos. El crecimiento de Bosch, puntero en las encuestas del añ0 1990, se detuvo. Peña alcanzó un 24% en la contienda, motivo para que Don Juan sólo obtenga el 34%, perdiendo supuestamente por un punto de Balaguer (35%).
Para las elecciones del 2016 también se pretende dividir el voto opositor, a través de Guillermo Moreno, cuyo partido, Alianza País, fue reconocido recientemente. El reconocimiento fue un acto de justicia de la Junta, pues cumple con todos los requisitos establecidos por la Ley Electoral. Y el doctor Moreno, sistemático en las denuncias de corrupción del peledeísmo, tiene derecho en aspirar a la Presidencia de la República, como lo tuvo el doctor Peña Gómez en 1990, sin que a uno ni a otro se le pueda atribuir hacerle el juego al gobierno.
Fue el gobierno de Balaguer que se encargó de dispersar el sufragio opositor en 1990. Y ahora es el PLD que procura dividir el voto opositor, estimulando la candidatura presidencial de Moreno, quien habla de unidad y sacrificio, pero siempre evadiendo la posibilidad de declinar a favor del puntero de la oposición, dato que omite de forma deliberada.
Y el gobierno consciente del perfil del señor Moreno se propone estimular su candidatura, otorgando, a través de encuestas pagadas, porcentajes cercanos a los de Luis Abinader. No se descarta que en la propia Gallup, Moreno salga con una puntuación próxima al 15%, dato que resulta imposible de desmentir, porque los comicios son en mayo del año que viene.
Concomitantemente a datos de firmas encuestadoras, los peledeístas aprovecharían conglomerados humanos para expresar simpatía por Moreno y así ofertar la percepción de crecimiento, contribuyendo a dispersar el voto opositor.