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Documentos apuntan a presiones de Ottawa contra Quebec en el pasado

Documentos apuntan a presiones de Ottawa contra Quebec en el pasado

Toronto (Canadá) (EFE).- Un documento dado a conocer este martes por la radiotelevisión pública canadiense, CBC, apunta a que el que fuera primer ministro de Canadá Pierre Trudeau solicitó en 1976 a un influyente empresario dificultar las acciones del entonces nuevo Gobierno del soberanista Partido Quebequés (PQ) e incluso empeorar la situación económica de la provincia.

Según CBC, un telegrama secreto del entonces embajador de Estados Unidos en Canadá, Thomas Enders, al Departamento de Estado, señalaba que Paul Desmarais, “el principal aliado empresarial de Trudeau y el mayor empresario francocanadiense”, le confesó que el primer ministro le había sugerido que le hiciera “la vida tan difícil como sea posible a Quebec”.

En el telegrama, Enders añadía que Desmarais pensaba que Trudeau, padre del actual primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, y nacido en Quebec, quería “dejar las estructuras de organización de la provincia intactas, pero reprogramar al resto de Canadá tantas operaciones e inversiones como sea posible”.

“La idea sería una aceleración del desempleo provincial del actual 10 % al 15 o incluso al 20 el próximo año”, añadió el embajador estadounidense en su cable.

Otro empresario que habló con Enders, Ian Sinclair, presidente de la poderosa compañía ferroviaria Canadian Pacific, confesó al embajador estadounidense que Trudeau no le había animado a sacar puestos de trabajo de Quebec, pero tampoco a mantenerlos.

En otro telegrama, Enders indicó que durante una conversación con Pierre Trudeau el entonces primer ministro canadiense afirmó que el tema económico podría causar divisiones en el PQ y que señaló “que los inversores no deberían tomar acciones precipitadas para sacar inversiones o realizarlas en Quebec”.

En 1976, PQ ganó por primera vez unas elecciones provinciales con un programa que incluía la celebración de un referéndum para iniciar las negociaciones para una posible separación de la provincia del resto del país.

El referéndum se celebró en mayo de 1980, casi un año después de que Trudeau fuese derrotado en las elecciones generales de 1979, y fue rechazado por un 60 % de la población.

Jean-Francois Lisée, que lideró el PQ entre 2016 y 2018, declaró a CBC que los telegramas son una “bomba” y añadió que “esta tentación de sabotear parte de la economía de Qeubec parece que fue parte de la estrategia desde un principio”.

Sin embargo, uno de los ministros de Trudeau, Marc Lalonde, cuestionó la veracidad de lo descrito en los telegramas de Enders porque el Gobierno de Ottawa estaba intentando calmar los ánimos y mantener las inversiones en Quebec.

Según Lalonde, “había una gran preocupación en la comunidad empresarial de Quebec y miedo a invertir en ese momento y el Gobierno dijo a las empresas que entendería si elegían hacer nuevas inversiones fuera de Quebec. Nuestro propósito no fue animar a la desinversión”.

Tras los referendos soberanistas de 1980 y 1995, muchas empresas decidieron mover sus oficinas centrales y otras operaciones de Quebec ante la incertidumbre jurídica y económica que podría suponer su independencia.

Desde entonces, la provincia de Ontario y la ciudad de Toronto se han afianzado como los centros económicos y culturales de Canadá en detrimento de Quebec y Montreal.

El Nacional

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