El sector arrocero, que ha puesto el grito al cielo por la desgravación a las importaciones en virtud del DR-Cafta, no ha sido desamparado por el Gobierno.

Las autoridades han tomado las riendas en las negociaciones para proteger a los productores de un cereal del que subsisten miles de familias en República Dominicana.

El ministro de Agricultura, Limber Cruz, adelantó que Estados Unidos está consciente del impacto negativo que tendría en la economía la eliminación del impuesto a las importaciones de arroz.

Conforme a las estadísticas aportadas por el funcionario hay que emplearse a fondo para salvar a los arroceros. Dijo que la producción del alimento genera más de 300 mil empleos, entre directos e indirectos, en unas 20 provincias. Al ser autosuficiente el país, como sus pares de Centroamérica, no tiene necesidad de importar arroz.