El precipicio-
El saldo de 21 muertos entre clientes y empleados de un hotel de Bamako, Mali, en el que irrumpió el viernes un comando yihadista, acentúa el estado de crispación e indignación en todo el mundo por sucesivos actos de barbarie contra gente indefensa.
Otro grupo terrorista perpetró una matanza dentro de un salón de espectáculos en París, Francia, con reportes de 129 fallecidos, en una acción que se adjudicó el mentado Estado Islámico (ISIS)
El papa Francisco ha advertido que la humanidad padece los efectos de una guerra sin fundamento o justificación y la verdad es que en ninguna parte del planeta la gente se siente segura o ajena a un drama bélico que agobia amplias franjas de Medio Oriente, Asia y África.
La guerra y el terrorismo provocan éxodo hacia Europa de cientos de miles de ciudadanos desde Siria, Irak, Afganistán, Líbano y otras naciones, en la mayor movilización de refugiados desde la Segunda Guerra Mundial. Lo que ha motivado la colocación de alambradas en todas las fronteras terrestres.
En Estados Unidos, el presidente Barack Obama intenta impedir la deportación sumaria de más de cinco millones de indocumentados, impulsada por 26 estados de la Unión Americana, que también se niegan recibir una cuota de refugiados de África y Asia.
El Estado Islámico, vasta estructura terrorista, con control de territorios en Irak y Siria y amplias ramificaciones intercontinentales, ha logrado enfurecer a Rusia y Francia, cuyos gobiernos declararon su aniquilación total como un objetivo esencial.
Líderes de las naciones y las economías más grandes y poderosas de la Tierra tuvieron que realizar el encuentro del G-8 confinados en un hotel de Turquía, justo cuando el terror asediaba a la capital de Francia y la muchedumbre desde África y Asia intentaba llegar a tierras del antiguo Imperio Otomano.
Guerra, terrorismo, migración incontrolada y cruenta crisis económica signan hoy a un mundo convulsionado y encrispado, cuyo liderazgo ha extraviado la brújula del entendimiento y se empecina en empujar a la humanidad hacia el precipicio.