El presidente Lyndon B. Johnson lamentó haber enviado tropas de Estados Unidos a República Dominicana el 28 de abril de 1965, hace hoy 58 años, invasión que frustró el movimiento constitucionalista que propugnaba por el retorno del profesor Juan Bosch, quien había sido derrocado por un golpe militar el 25 de septiembre de 1963.
Menos de un mes después de la intervención, Johnson les dijo a sus asistentes: «No quiero ser un interventor», según nuevas transcripciones de la Casa Blanca publicadas el 28 de abril de 2015 (junto con las propias cintas) por primera vez por el Archivo de Seguridad Nacional de la Universidad George Washington (www.nsarchive.org ).
Reunión de gabinete
El presidente Johnson se reunió con asesores en la Sala del Gabinete de la Casa Blanca el 28 de abril de 1965, justo antes de pronunciar su discurso televisado anunciando el despliegue de los marines estadounidenses en San Domingo.
El desembarco de los marines se llevó a cabo en dos fases. La primera partida fue de 500 efectivos, que lo hizo antes de la autorización del presidente Johnson y el Congreso de Estados Unidos.
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De acuerdo al libro “Abril: los 5 días decisivos”, del autor de este trabajo, “se llevaron varias unidades pequeñas a tierra para establecer una zona de aterrizaje en el campo de polo del hotel El Embajador para ayudar a evacuar a los estadounidenses, todavía reunidos en el hotel y para reforzar la guardia de seguridad de la embajada que tenía siete marines y 33 policías dominicanos que habían buscado refugio”.
Según la publicación, un cuerpo de la Policía Militar norteamericana y un pelotón de infantes de de marina llegaron al campo de polo y otro pelotón de infantes armados, reforzado por dos escuadras, siguió para la embajada.
La solicitud de estas unidades iniciales fue directamente hecha por el embajador estadounidense en el país William Tapley Bennett al comodoro James A. Dare, del portaaviones Boxer, que se hallaba fondeado frente a la costa de Santo Domingo.
Dare fue contactado por el embajador Tapley entre las 5:22 y 5:45 horas de la mañana, antes de que el presidente Johnson autorizara el aterrizaje en gran escala. Johnson hizo el anuncio del desembarco a las 8:30 de la noche de ese 28 de abril de 1965, en un discurso por radio y televisión al pueblo estadounidense.
Proteger vidas
El Gobierno estadounidense pronto enfrentó otro problema que puso en tela de juicio su capacidad para gestionar la crisis creada por la invasión y para no enemistarse con aliados de América Latina y para mantener la neutralidad de Estados Unidos, el presidente Johnson justificó el desambarco para “proteger vidas americanas”.
El comodoro Dare en un encuentro con la prensa internacional a bordo del portaaviones Boxer declaró que los marines se quedaran en tierra durante el tiempo necesario para hacer de éste un Gobierno no comunista.
Este fue el primer indicio de que con la invasión la administración de Johnson tenía otros motivos más, que la seguridad de los ciudadanos de Estados Unidos.
Las cintas y la transcripción fueron proporcionados por David Coleman, expresidente del Programa de Grabaciones Presidenciales en el Centro Miller de la Universidad de Virginia, y miembro del Archivo de Seguridad Nacional.
Como señala Coleman, los materiales son reveladores sobre la conducta personal de Johnson en la crisis y su estilo de toma de decisiones como presidente.
Las transcripciones, en varios casos recién creadas por Coleman, son cruciales para comprender el material de las cintas, que pueden ser difíciles de descifrar y, por lo tanto, a menudo tienen una utilidad limitada por sí mismas para los investigadores.
La insurrección inició cuatro días antes de la invasión, movimiento encabezado por el Partido Revolucionario Dominicano (PRD), del profesor Bosch, junto a sus aliados de la izquierda revolucionaria. Con el apoyo de un grupo de militares que abogaban por el retorno de Bosch, asaltaron el Palacio Nacional e instalaron un presidente provisional, Rafael Molina Ureña. La resistencia de las fuerzas leales al gobierno derrocado de Donald Read Cabral condujo a niveles crecientes de violencia.
Comunicaciones
Informes del embajador Tapley advirtiendo que la situación se estaba volviendo peligrosa para los ciudadanos estadounidenses en el país y que las influencias externas probablemente estaban desempeñando un papel influyente en la revolución convenció a Johnson de que tenía que actuar y que no tenía el lujo del tiempo para armar una coalición internacional a través de la Organización de los Estados Americanos.
En contra del consejo de muchos de sus principales asesores, Johnson personalmente decidió enviar a los marines. Su misión declarada era proteger y evacuar a los ciudadanos estadounidenses de la isla.
No hubo mención de una amenaza comunista en su declaración pública.
Su misión anunciada es salvar vidas estadounidenses. Su misión no anunciada era evitar que República Dominicana se vuelva comunista.