El sistema penitenciario acusa deficiencias que se arrastran como deuda acumulada por años con responsabilidad compartida por los últimos gobiernos que no han logrado descongestionar los centros de reclusión ni mejorar la condición de los privados de libertad, la mayoría en condición de preventivos.

El periódico Listín Diario mantiene una campaña sobre el hacinamiento carcelario que ha develado crudas verdades que son secreto a voces entre los operadores judiciales y que, además de la sobrepoblación carcelaria, abarcan la salud de más de seis mil internos o reclusos, entre ellos 800 deplorables.

También se ponen en evidencia factores como mora judicial, violación a la dignidad humana con tratos inhumanos y degradantes, alta tasa de preventivos (por encima del 59 por ciento), combinación de males y deficiencias que retratan al sistema como cruel realidad que debe cambiarse.

Te puede interesar leer: Voto penitenciario

Como vía provisional para contribuir al descongestionamiento y la humanización de la población carcelaria se plantea el indulto para liberar al menos a los 800 presos enfermos que, según el diario, están en peores condiciones de salud física y mental, una parte afectada de males terminales.

La figura del indulto es una atribución exclusiva del presidente de la República, en su condición de jefe de Estado, que le permite conceder la libertad y conmutar la pena a personas condenadas que cumplan con las condiciones establecidas por “la ley y las convenciones internacionales”.

Esta prerrogativa puede ser utilizada en las dos fechas patrias más importantes y el 23 de diciembre pero, por escándalos del pasado que la mancharon de corrupción, ni el pasado ni el actual jefe del Estado la ha puesto en práctica, ante la ausencia de una legislación adjetiva que la precise y limite.