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El lado bueno

El lado bueno

Miguelina Terrero

Viviendo el momento

Milvia era una mujer hermosa en su juventud y con unas experiencias aleccionadoras que comparte ahora en su etapa de envejeciente.

En estos momentos, suele tomar un tabaco y sentada en el balconcito de su casa, recuerda que su cuerpo era envidiable, sus enormes ojos conquistaban a muchos hombres y sus vestidos pegados siempre a su cuerpo, tenían la clara intención de robar todas las miradas.

“Estaba en mi momento” dice mientras deja sonrisas al decir la moderna frase y acompañarla de un gesto de levantamiento de su espalda ya encorvada. Era la chica más hermosa de su barrio, pero también la más traviesa.

Hace sus historias y se compara con muchas mujeres que en la actualidad llevan una vida de promiscuidad y piensan que están bien, están acabando con el mundo, que su belleza es eterna y que un buen día atraparán un tipo lleno de dinero, que por estar tan buenas les dará todo y serán felices por siempre. Esas mujeres a veces piensan que por su físico y habilidades como amantes, cuando tienen un hombre, éste no será capaz de dejarlas nunca, jamás. Porque ellas, como pensaba Milvia en sus tiempos mozos, tienen y saben todos los trucos necesarios para permanecer.

Esta vieja sabia, cuenta que una vez tenía juntos en su vida, un médico que le doblaba la edad, un extranjero que venía con frecuencia al país, un conocido vecino de su casa que era casado, además de su novio de siempre y de quien se enamoró desde tiempos de colegio.

Le salían carcajadas y miraba el cielo, cuando narraba sus peripecias para estar con todos ellos, mientras en sus adentros pensaba que iba a lo seguro, porque si tantos hombres la amaban, un buen día se quedaría con el que más le pudiera dar.

Pero estaba muy mayor y muuy sola. Un día cada uno de ellos se fue alejando y formando familia y ninguno pensó hacerlo con ella, hoy dice entender que ellos, para esos fines, querían una mujer que les diera la imagen e hogar, y esa nunca sería ella.

De vez en cuando encontraba una pareja que le duraba unos meses, ya siendo adulta mudó un novio en su casa, que le salió alcohólico y con el que tuvo muchas bregas, hasta que lo echó de su casa. Quería tener hijos, y tanto era su deseo que una vez le creció la barriga y era solo una ilusión que no se dió. Y así quedó sola hasta su vejez. Sola, pero tranquila y segura de que vivía las consecuencias de un camino equivocado.