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El niño santiaguero

El niño santiaguero

Chiqui Vicioso

Hay dos fotos que me han roto el equilibrio. La del niño de once años que murió baleado por un policía, mientras observaba el Carnaval desde la puerta del negocio de su padre. Y, la foto del policía de 30 años que lo mató.

La carita del niño, “buen estudiante” y “buen niño”, lo definen como lo que los espiritistas llaman “un ángel en tránsito”, o sea, un ser que tenía poco que redimir en esta media isla tan infernalmente singular. Es el único consuelo que tendrán sus padres, disfrutar por once años ese angel encarnado que se fue muy pronto.

El otro rostro es el del policía, ya con fama de abusador. Un joven de las clases pobres que ingreso a la Policia, como una de las pocas fuentes de empleo para la juventud popular.

Las otras dos canteras son el Ministerio de Educacion, donde despues del exodo de las educadoras de clase media al sector privado, las muchachas pobres comenzaron a encontrar trabajo, de ahi sus carencias culturales y educativas; y la Enfermeria, poblada de muchachas que provienen generalmente del maltrato y por ende desconcocen la gentileza en el trato.

Todos y todas se gestan y provienen del maltrato cotidiano propio de la pobreza, con su implacable lucha por la sobrevivencia, y la competencia feroz, que tambien practica la clase intelectual, donde solo el o la mas fuerte sobrevive. Por eso la Policia Nacional solo se depurara cuando cree mecanismos de ingreso que incluyan la evaluacion psicologica del recluta; y la cuidadosa investigacion sobre la familia de la cual proviene.

Porque sabemos que la violencia, tanto la oral como la fisica, marca; y que un niñ@ violentad@ sera una persona violenta, porque es lo que aprendio e internalizo.

No hay que esperar entonces que un raso mate un niño para intervenir. Hay que prevenir. Como no hay que esperar a que un profesor acosador desangre a una muchacha para escandalizarnos. Me pregunto cuantos examenes psicologicos se le hicieron a esa bestia que hoy averguenza a las bestias y a la mayoria del sexo masculino.

Y hay que enviar al 28 a los psicopatas, esos que matan a un joven y lo tiran sangrante en la cama de una camioneta, alardeando de su incapacidad de tener sentimientos de humanidad.

No hemos podido olvidar aun a la pareja de Pastores recien casados fusilados, por un coronel que ya tenia fama de asesino.

Nos estamos cansando y cuando este cansancio se generalice haremos como Julia de Burgos:
Iremos entre las multitudes con la tea en la mano, porque no hay ira mas justa que la de los justos, recuerden el latigo de Jesucristo.