La noticia al igual que las frutas, vegetales y otros tipos de alimentos tiene su olor propio. De ahí que constantemente decimos en las redacciones que un reportero tiene olfato para las noticias, aunque a veces le falte destreza en el manejo del idioma para transmitirla al lector.

Por eso es importante conocer y manejar no sólo las técnicas de la redacción básica sino de la investigación profunda.

Las técnicas de investigación son el conjunto de herramientas, procedimientos e instrumentos utilizados para obtener información y conocimiento. Se utilizan de acuerdo a los protocolos establecidos en una metodología de investigación determinada.

Estas técnicas son un recurso fundamental en el oficio del periodismo ya que nos permiten obtener datos e información. Las técnicas no garantizan por sí mismas que la interpretación o las conclusiones obtenidas sean correctas. Para esto último es necesario que la técnica se aplique en el marco de un método.

Aunque existen diversos tipos de técnicas, la de campo sigue siendo por excelencia la de mejor aplicación en el periodismo, pues propicia la observación directa del objeto de estudio en su contexto, con el fin de extraer la mayor cantidad de información in situ, o sea, en el lugar mismo.

Esa es la razón por la que quienes ejercen este oficio, pero quieren dedicarse a la investigación tienen que tener un perfil diferente al reportero común, así como una formación cultural un poco más dilatada.

El profesional del periodismo de la investigación debe ser una persona con conocimientos específicos del área en cuestión. No solo porque debe ser capaz de crear un relato periodístico bien fundamentado, estructurado y presentado.

Sino también porque este tipo de periodismo requiere de pericia y ciertas habilidades imprescindibles.
Así, por ejemplo, el periodista de investigación tiene una buena agenda de contactos y es capaz de manejar sus fuentes de manera eficaz, impecable y profesional.