Editorial

El planeta está enfermo

El planeta está enfermo

El océano Atlántico se congestiona de huracanes, ciclones, tormentas y depresiones tropicales, la mayoría de los cuales se enfilan hacia Estados Unidos, donde también millones de hectáreas han sido devoradas por incendios forestales con saldo de más de 30 muertos y miles de hogares destruidos en California, Oregón, Portland y Washington.

La presencia simultánea en el Atlántico de siete formaciones ciclónicas se atribuye a los ciclos climáticos conocidos como “El Niño” y «La Niña”, el primero que produce una fase cálida en la temperatura de la superficie del mar y el segundo, una fría, lo que crea condiciones para intensas lluvias o formaciones ciclónicas.

Los incendios forestales en el oeste estadounidense forman parte del debate electoral entre el candidato demócrata Joe Biden, que los atribuye al cambio climático, y el republicano Donald Trump, quien cree que su propagación obedece a negligencia de gobernadores de ese partido.

La Administración Trump no acepta la tesis de que el cambio climático representa una amenaza existencial inminente para la vida como lo sostiene su contrincante en las elecciones del 3 de noviembre, aunque los huracanes azotan al este y el fuego devora miles de hectáreas en el oeste de Estados Unidos.

Japón, la península coreana y China han sido azotados por tifones que causaron cientos de miles de damnificados, en tanto que en la India, Nepal y otros territorios del sudeste asiático y de África se producen desbordamientos y deslizamientos con saldo de decenas de muertos y desaparecidos.

Incendios forestales devoran grandes extensiones del Amazonas en Brasil y las intensas lluvias provocan frecuentes inundaciones en Centroamérica, cuyas poblaciones también son azotadas por ciclones y tormentas, lo que obliga a considerar seriamente el tema del calentamiento global o cambio climático, como causante de esos fenómenos.

No debería olvidarse las prolongadas sequías que afligen a territorios de África, India, América Latina, Australia, así como a tierras insulares como República Dominicana, Puerto Rico, Jamaica y de las Antillas Menores, con su secuela de escasez de alimentos o en casos extremos, de hambrunas.

No es común que siete fenómenos meteorológicos se formen casi simultáneamente en el Atlántico, que Estados Unidos se incendie por un lado y padezca el azote de vientos y lluvias por el otro, como tampoco es frecuente que tifones y monzones aflijan al mismo tiempo a Asia y África. El planeta está enfermo.

El Nacional

Es la voz de los que no tienen voz y representa los intereses de aquellos que aportan y trabajan por edificar una gran nación