Opinión

El Presidente avanza

El Presidente avanza

POR:  Pedro P. Yermenos Forastieri

pyermenos@yermenos-sanchez.com

 

 

El PLD es una organización celosa con el cuidado de las formas. Siempre las maneja con criterio político, cuidándose de que hacia el exterior todo parezca con una armonía propia de monasterios. Eso es una virtud, la cual se agiganta porque su adversario principal, al ser tan estrafalario, le facilita resaltar la cualidad. Eso no quiere decir que no exista una lucha interna que se libra con todas las armas disponibles.

Es evidente que Leonel Fernández y Danilo Medina representan fuerzas partidarias que se contraponen. Lo que falta por definir es si todo se reduce a un simple pulso por cuotas de poder, o si, por el contrario, detrás de la confrontación se escudan corrientes de pensamiento que harían girar al PLD y a sus gestiones gubernamentales por senderos diferenciados.

El escenario que se presenta, a partir del cual se podría establecer premisas, se caracteriza por: a) Desde el poder, el Presidente ha marcado pautas distintas a la gestión que le precedió; b) Esos nuevos caminos no han sido profundizados; c) Las lógicas de poder que se manifestaron desde antes de su acceso a la jefatura del Estado y que incluso lo explican, condicionan su accionar y le imponen niveles de dependencia con la parte de su sustentación política que le es menos solidaria, por decir lo menos; d) Su estrategia es clara: Apostar al tiempo para ir avanzando en la conquista de más espacios de influencia y, con ellos, de mayor libertad para actuar.

El congreso partidario fue una primera oportunidad para trabajar en esa dirección. ¿Podría alguien suponer que el Presidente y sus aliados no se empeñarían a fondo para obtener los mejores resultados en función de sus conveniencias políticas? ¿Qué es la lucha política si no un esfuerzo por imponer las propias ideas sobre las de los demás? .

El reto del primer mandatario y de sus seguidores es ir demostrando no solo las razones por las cuales ellos desean ensanchar su esfera de poder, sino probar la legitimidad de esa pretensión que es políticamente correcta.

Eso quedaría evidenciado si se profundizan las medidas que se han ido pergeñando dentro de las terribles dinámicas de poder en las cuales le ha correspondido gobernar. Ha dado un primer paso. El incremento de sus posibilidades de ejercicio público lo van comprometiendo a enfatizar la alternativa liberal que precisa esta sociedad, con la cual estaba comprometido el partido que lo auspicia.

El Nacional

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