El Día Mundial de la Alimentación, que se conmemora hoy, sorprende a los consumidores dominicanos con especulación, carestía o escasez en la comercialización de rubros agrícolas como plátanos, cebolla, ajo y verduras, aunque las autoridades afirman que la agropecuaria suple el 85% de la canasta básica alimentaria.
Tan importante efeméride fue instituida en 1979 por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) con la finalidad de llamar la atención sobre el problema alimentario mundial y fortalecer la solidaridad en la lucha contra el hambre, la desnutrición y la pobreza.
La producción agropecuaria representa un enorme reto para Gobierno y sector productivo, en razón de que debe suplir o garantizar demanda de alimentos a más de diez millones de dominicanos, atender la demanda de la población haitiana y de más de seis millones de turistas que visitan el país cada año.
Una prolongada sequía que afectó por más de un año a gran parte del territorio nacional diezmó la producción de rubros esenciales de la agropecuaria aunque no en proporción de convertirse en calamidad o desabastecimiento crónico.
El plátano, cuyo consumo promedio supera las siete millones de unidades al día, es objeto hoy de burda especulación, tanto así que la unidad de esa musácea es vendida por intermediarios por más de tres veces su valor en finca, por lo que los consumidores deben pagar hasta 30 pesos por una unidad.
Se reconoce que, con altas y bajas, el campo dominicano ha tenido la capacidad y fortaleza de sobreponerse a ciclones, sequías, abandono o negligencia oficial, carencia de financiamiento, escasez o carestía en el suministro de semillas y fertilizantes, así como burda actividad especulativa que deprime precios de la producción agrícola y pecuaria.
La agropecuaria dominicana satisface de manera total o parcial la demanda de pollo, huevo, carnes, víveres, arroz, habichuelas, leche y derivados lácteos, entre otros rubros, aunque se requiere mayor inversión en crédito y tecnología, con énfasis en los cultivos intensivos en ambiente controlado, para suplir la demanda de casi 30 millones de consumidores.
El crecimiento y desarrollo del sector agropecuario es imprescindible para garantizar la alimentación de más de 20 millones de inquilinos de la isla La Española y de más de seis millones de turistas, pero también es vital en el combate a la pobreza y en la propia supervivencia de la democracia y de la gobernanza.
