Más de 20 reportajes publicamos en El Sol en apoyo a la revolución sandinista, triunfante en 1979, y luego nos paseamos, orondos, por las calles de Managua, rememorando nuestra reciente visita a La Habana.
Y en 1992, estando en Caracas en el despacho del líder del Partido Socialcristiano (Copei), Luis Herrera Campins, conocimos a familiares cercanos del teniente coronel Hugo Chávez (preso tras un fracasado golpe de Estado), que acudieron donde este expresidente de Venezuela detrás de auxilio para su libertad. ¡Cuántas ilusiones malogradas! Hoy Venezuela y Nicaragua se baten en un puntiagudo aprieto económico y de representatividad democrática, en la derivada de un socialismo imitativo de hace más de un siglo, sin punto de ruptura en la parábola de los cambios globales.
No es congruente tener un “socialismo” que expulsa hacia predios exteriores a más de ocho millones de sus nativos, oprime en la escasez/penuria y castiga en la boca del fusil a los que pululan internamente. Son muchas las incompatibilidades ideológicas/semánticas en la distancia temporal.
En 1917 fue proclamada la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), y en 1949 la República Popular China, para liquidar a los ricos y establecer la igualdad entre todos, en el montaje del socialismo. En 1959 Cuba inició una nueva ruta, con la misma mira.
Más de 100 años después, ¿en Venezuela y Nicaragua se sumergen en el romanticismo nostálgico de la izquierda? Paradójicamente, los multimillonarios han crecido no solo en Estados Unidos (cuenta con 813), sino también en China (406 ricos) y Rusia (120 millonarios).
Aunque Estados Unidos sigue siendo el reino de los multimillonarios, la población superrica crece indeteniblemente entre los líderes de los llamados mercados emergentes o Brics.
En la Venezuela de Nicolás Maduro han sido obviados el emprendimiento, y han huido al neoliberalismo e intervencionismo estadounidense, en favor del igualitarismo colectivista. Desde esta perspectiva, expropiaron bienes privados, con lo cual han ahuyentado las inversiones, en contraposición con China, Rusia y Cuba.
Los resultados más palpables son la escasez, una hiperinflación de tres dígitos, un incremento de las exportaciones, especialmente de alimentos, y un éxodo de sus habitantes nunca antes visto. Maduro incurrió en un error gigantesco: no quitarse la careta democrática y convocar a elecciones, a sabiendas de que iba a perder, confundiendo el deseo con la realidad.
La vulneración de derechos y pisotear los cánones democráticos -con el consiguiente irrespeto y amenaza al pueblo y al gobierno de la República Dominicana- aceleran su derrumbe. Su refugio natural, en estas circunstancias, sería Nicaragua, porque no es justo que vaya a Cuba a crearle más problemas y a darle argumentación a Estados Unidos en su exagerada y agravante redesignación de que se trata de un Estado patrocinador del terrorismo.