El orden y el civismo que caracterizaron las elecciones del domingo en modo alguno se pueden soslayar. Salvo incidentes aislados y en medio de la pandemia del coronavirus las votaciones se desarrollaron con una tranquilidad digna de reconocimiento.
Sin embargo la Organización de Estados Americanos (OEA) considera en su informe que los comicios representan una oportunidad para erradicar prácticas perniciosas.
Aludió a las mismas anomalías que se han denunciado como lastre de los últimos procesos: la compra de votos, las dádivas para captar adeptos y la utilización de los recursos públicos.
El jefe de la misión de la OEA, Eduardo Frei, quien por el coronavirus en Chile tuvo que seguir el proceso en forma virtual, opinó que los comicios ganados por el opositor Luis Abinader brindan una oportunidad para fortalecer el sistema institucional.
Definió las “prácticas perniciosas” como “actividades que generan inequidad en la contienda y que sucedieron a la luz de la debilidad institucional de la fiscalía electoral”, de la que dijo carece de mecanismos legales, financieros y humanos para poder hacer frente a e