Editorial

Elogios a la Junta

Elogios a la Junta

Los candidatos presidenciales Hipólito Mejía y Danilo Medina han expresado por separado complacencia por los trabajos de organización de las elecciones que realiza la Junta Central Electoral (JCE), oportunas declaraciones que ayudan a despejar humaredas en torno a la institución con facultad para proclamar al ganador de los comicios  presidenciales del 20 de mayo. A Mejía se le atribuye  decir que se siente bien con los actos ocurridos  en el organismo electoral en los últimos días y a Medina afirmar que confía  en el trabajo que realizan los responsables de organizar ese importante certamen democrático, lo que indica que  los candidatos de los partidos Revolucionario (PRD)  y de la Liberación (PLD), coinciden en un tema esencial.

La verdad es que la Junta  ha cumplido cabalmente con el cronograma de montaje de tan trascendente cita cívica, que hasta  el día de ayer se había cumplido en más de un 80 por ciento, lo que  consolida la confianza pública de que las elecciones  de mayo 20   serán  concurridas y transparentes.

Se resalta que  175 representantes de  gobiernos e instituciones no gubernamentales vendrán  a observar el proceso  electoral en adición a las personalidades y entidades nacionales que también vigilarán los centros de votaciones, el conteo de los sufragios y su divulgación, otro paso trascendente en los afanes de garantizar elecciones libres, concurridas y limpias.

Los partidos políticos disponen de representantes en todos los departamentos claves de la JCE y en cada centro de votación, además de poseer  centros de cómputos  de última generación que recibirán las actas de mesas de manera simultánea con la propia Junta y los medios de comunicación, otra señal de transparencia y pulcritud.

Sin  dejar admitir  que ocurran incidentes o  irregularidades antes, durante o después de las elecciones, partidos y candidatos deberían  desalojar del vocabulario político la acepción fraude electoral, porque ya no es posible que se perpetre  una distorsión  que vulnere la voluntad popular, al menos no sin que sea develado por  propios  controles  a disposición de la JCE y de los partidos. Todo lo malo o irregular que pueda afectar al montaje y organización de las elecciones se computa como falta imputable a los partidos que no terminan de comprender que su destino político  está en manos de cada uno de los votantes que dispondrán  el 20 de mayo del poder de decidir quién  será el próximo presidente de la República.

A partir de los elogios de Danilo Medina e Hipólito Mejía al trabajo que realiza la Junta Central Electoral, hay que esperar que  esperar que  cesen los ataques contra sus jueces y que  todas las estructuras electorales y partidarias  colaboren de manera  sincera y decidida para que el proceso  electoral concluya en relativa paz y que las votaciones  transcurran sin ningún tipo de incidente para que de verdad la voluntad mayoritaria se exprese libremente en las urnas.

El Nacional

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