Fue una gran prueba de fuego para nuestro presidente Luis Abinader, tomar juramento en pleno apogeo de la peor pandemia que ha afectado al país, el covid-19.

Esto, naturalmente hizo que todos los planes del nuevo gobierno vayan encaminados a afrontar este terrible padecimiento de nuestro pueblo.

Sin lugar a duda, fue el primer gran reto de este gobierno. Reto que asumió con valentía junto a su equipo de trabajo y que, gracias a Dios, pudo salir airoso de este trance, lo que le granjeó el reconocimiento en el plano local e internacional. Además de afrontar este terrible mal, había que atender grandes demandas y proyectos de desarrollo de nuestro país.

Magistralmente, nuestro Presidente supo y pudo enfrentarse a grandes desafíos en ese primer cuatrienio: los servicios requeridos por la población, el ambicioso y optimista programa de campaña, con el lema de “El Gobierno del Cambio”.

Todo esto se aplicó a aspectos básicos de la vida cotidiana, como son la educación, la salud, la seguridad ciudadana, la economía, los programas sociales, entre otros. A estos elementos fundamentales, se agregan los programas de campaña en aspectos fundamentales como son la reforma policial y la independencia del poder judicial.

En el primero se inició dando grandes pasos de avances, como fueron dotar a la fuerza del orden de salarios dignos, buena seguridad social, capacitación, entre otros beneficios demandados desde hace décadas.

En cuanto a la justicia independiente, la acertada y bien ponderada designación de la magistrada Miriam Germán Brito al frente de la procuraduría, puso fin a la vieja practica presidencialista de colocar un procurador a imagen y semejanza del gobernante de turno.

En los cuatros años (2020- 2024) como todo buen capitán, supo llevar el barco a puerto seguro, a pesar de las grandes turbulencias en las que nos había sometido el covid-19. Fue ese gran acierto con que supo gobernarnos en tiempo difícil, lo que conllevó al pueblo dominicano a solicitar que continuara guiando los destinos de nuestro pueblo por cuatro años más.

En el presente periodo gubernamental, nuestro Presidente sigue como el whisky aquel. La Reforma Policial continúa hacia delante; la independencia del poder judicial ya es un hecho, con la aprobación de la reforma constitucional; se han estado realizando grandes esfuerzos en procura de la mejoría de los servicios básicos; en una de las más grandes iniciativas de gobierno alguno, se continúa ampliando el servicio de transporte estudiantil; se ha afianzado la institucionalidad, con el apego irrestricto al respeto de los poderes del Estado, sentando un precedente en nuestro país.

A todo esto, se suma la virtud de un gobernante que escucha y oye el sentir y las opiniones de su pueblo. Nuestro país estaba acostumbrado a mandatarios que se creían por encima del bien y del mal. Con su peculiar estilo de gobernar, nuestro Presidente ha sentado precedentes, al poner sus oídos en el corazón del pueblo.
Esto si es gobernar para la gente.

Jerez Wisky
juliocesar.jerezw@hotmail.com