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Constitución de Abinader

Constitución de Abinader

Juan Taveras Hernández

El presidente Luis Abinader está empeñado en hacer las cosas distintas a como las hicieron sus predecesores desde el año 1966 cuando el doctor Joaquín Balaguer asumió la presidencia del país por segunda vez, ya que había ocupado el cargo durante la dictadura de Trujillo. (Balaguer fue un presidente títere de la dictadura que se prolongó por poco más de 30 años).

Abinader no ambiciona el poder. No quiere mantenerse en el solio presidencial más allá de lo que establece la Constitución vigente (2020-24-24-28), es decir, un periodo, la posibilidad de un segundo, si así lo decide el pueblo en elecciones democráticas, y nunca más.

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Abinader no aspira a un tercer mandato. Se va del Palacio Nacional en agosto del 2028. ¡Y jamás! Terminará su condición de jefe de Estado con apenas 61 años. continuará gravitando políticamente, ejerciendo su liderazgo dentro del Partido Revolucionario Moderno y de la sociedad, como un ente democrático de equilibrio y contrapeso, cuando sea necesario.

Muchos se presentan escépticos. Tienen sus dudas de que el mandatario, con el respaldo popular que posee, con el poder acumulado en el Ejecutivo, el Congreso y en la sociedad, se vaya del Palacio con apenas 61 años. Su desprendimiento no es casual en la cultura política del país desde la fundación de la República en 1844. (Por eso muchos no le creen. Sin embargo, las dudas y temores no tienen sentido, porque si algo ha demostrado Abinader es desprendimiento y vocación de servicio social).

El país tiene una oportunidad de oro para producir los cambios estructurales que demanda la sociedad dominicana. No la desperdiciemos.

Es una de las pocas veces en que la reforma constitucional no tiene como propósito la reelección, que tanto daño histórico le ha producido al país. Los intentos de repostulación, extender el mandato, controlar todos los poderes del Estado, y el Estado mismo, lo que ha provocado tragedias que luego hemos tenido que lamentar y pagar con sangre. (La dictadura de Trujillo es el mejor ejemplo)

De 40 o 39 de las modificaciones a la Constitución que hemos tenido, es la primera vez que no busca la reelección, la extensión del mandato, al contrario, el presidente Abinader busca consolidar el modelo actual de un mandado, la posibilidad de un segundo, y nunca más. Para ello pretende hacer una Constitución política democrática que fortalezca el “Estado democrático de derecho” en todos los aspectos. (No entiendo los celos ni los recelos que expresan algunos dirigentes políticos).

Lo ideal es que la llamada “clase política” y los poderes fácticos se pusieran de acuerdo para aprovechar la coyuntura que expresa el presidente Abinader, de desprendimiento y desinterés, para discutir, consensuar.