El presidente Joe Biden dispuso transferir dos millones 500 mil vacunas AstraZeneca a zeca a México y un millón 500 mil a Canadá, primeros dos países que Estados Unidos envía tan vital medicamento para inmunizar a la población contra la covid-19, aunque se ignora si fue a título de donación o a cambio de algún servicio.
Se tenía entendido que Canadá tiene suficientes disponibilidad de vacunas contratadas y en almacenes como para inmunizar dos veces a su población y que México había encargado a las farmacéuticas 86 millones de dosis, pero siempre es mejor que sobre a que falte.
A pesar de que Rusia y China han convertido la producción de sus vacunas en tema geopolítico más que económico con una combinación de ventas y donaciones a decenas de países en todo el mundo, Estados Unidos hasta ahora solo ha incluido a los dos países con quienes comparte frontera terrestre.
El Departamento de Estado ha debido entender que cuando Rusia anunció que había aprobado la primera vacuna en el mundo contra la covid-19, a la que bautizó con el mismo nombre del primer satélite que se puso en órbita, en 1957, tendría la intención de obtener provecho político con su distribución.
Gobiernos que han mostrado absoluto apego a Estados Unidos inmunizan hoy a sus poblaciones con vacunas donadas o adquiridas a precios competitivos procedentes de Moscú y Beijing, mientras el presidente Biden anuncia que al 1 de mayo los estadounidenses y residentes mayores estarían vacunados.
Desde la aprobación de las vacunas estatal Sinopharm y la privada Sinovac, el presidente de China, Xi Jinping, proclamó que sería un bien global, además de prometer préstamos de dos mil millones de dólares para África y mil para América Latina.
Ante la discriminación en la distribución de vacunas elaboradas en Estados Unidos y Europa, el 75% de las cuales han sido consignadas a sólo diez naciones, el Banco Mundial anunció la creación de un fondo de garantía por mil cien millones de dólares para que las farmacéuticas despachen el producto a países pobres. La solidaridad escasea en la tierra de Lincoln
Estados Unidos ha sido egoísta, al menos con América Latina, su principal área de influencia geopolítica, a la que no ha enviado ni una dosis y ha permitido que naciones como Brasil y Argentina consoliden el criterio de que con China y Rusia les va mejor. La solidaridad escasea en la llamada tierra de la libertades.

