Articulistas QUINTAESENCIA

Estado de derecho

Estado de derecho

Rafael Leonidas Ciprián

Nada hay más resbaladizo, confuso y debatible, ni siquiera una guabina, que un concepto jurídico. Es muy difícil que dos abogados, jueces o fiscales coincidan plenamente en su significado. Ahí está una de las causas que provocan las discusiones interminables entre los juristas.

 Tanto es así que los debates entre abogados suelen terminar por cansancio o por falta de tiempo para seguir la jornada, y no porque se pongan de acuerdo. Cada uno sigue su camino. Suelen librar el diálogo de los sordos.

 Y lo más pernicioso es que, por el individualismo casi patológico que desarrollan los abogados, quizás por su trabajo disciplinado y solitario, no le hacen concepciones al otro. Siempre se creen con la razón absoluta. Están prestos en todo momento a mofarse, con epítetos hirientes, de su colega.

 El concepto de Estado de Derecho no es un tema pacífico. Se presta para muchas disquisiciones. Con él, las trifulcas lingüísticas, discursivas se vuelven bizantinas.

 ¿Qué es el Estado de Derecho? Sería una buena pregunta para propiciar un seminario jurídico. Cada participante iría artillado de definiciones de sus doctrinarios preferidos. Y las esgrimirían como lanzas al pecho de quien se atreva a contradecirlos.

 Muchos de ellos se asombrarían de que sostenemos el criterio de que todas las sociedades humanas tienen su Estado de Derecho. Sin importar que sean las despectivamente denominadas primitivas o civilizadas; las calificadas como democráticas, dictatoriales, monárquicas o autoritarias.

 Viene bien aclarar que las sociedades primitivas tienen su derecho, aunque sea débil, porque poseen un conjunto de normas que las rigen. Poco importa que esas normas no estén escritas, debido a que sean pueblos ágrafos, o tengan un carácter moral, sui géneris.

Ellos cuentan con sus organismos comunitarios que las aprueban y ejercen la coerción, sin la brutalidad de un Estado propiamente dicho, con lo que las imponen a sus miembros. Muchas veces con más respeto y eficacia que las llamadas leyes aprobadas por nuestros congresos.

Los supremacistas blancos, racistas, xenófobos, colonizadores y autocalificados de civilizados les niegan a esos pueblos hasta el derecho a tener su cultura.

 Los ingleses, que forman una sociedad desarrollada, tienen un derecho consuetudinario, o sea, basado en sus costumbres. Y hasta afirman que su Constitución no la necesitan en forma de libro, porque está escrita en el corazón de cada ciudadano inglés.

 Se afirma que las sociedades democráticas tienen Estado de Derecho. Pero se suele creer que en las sociedades dictatoriales o autoritarias no existe ese Estado de Derecho. Garrafal error.

 Hay Estado de Derecho donde se impongan las normas que rigen la sociedad. La forma de gobierno es otra cosa.