La Batalla de la Fe, que cada 1 de enero congrega a miles de fieles, se ha convertido en un gran fenómeno social, comparable con las procesiones de la Iglesia católica y con las marchas de los partidos políticos.

Más que el liderazgo de los convocantes, la creencia en Jesús y los evangelios es la fuerza que moviliza a los “hermanos” a la concentración que desde hace un tiempo tiene como escenario el Estadio Olímpico.

Importantes personalidades suelen participar en la celebración, destacándose este año la presencia de la vicepresidenta Raquel Peña, del senador Antonio Taveras Guzmán, del alcalde de Santo Domingo Norte, Carlos Guzmán, y del aspirante a la sindicatura de Santo Domingo Este, el reverendo Dío Astacio.

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Cual Sermón de las 7 Palabras, el presidente de la concentración evangélica y principal orador utiliza la tribuna para abordar problemas sociales, políticos y económicos.

El reverendo Ezequiel Molina Rosario alertó que la violencia y la ingobernabilidad están fuera de control, al tiempo de advertir que “vivimos en una época de gran expectación, abrumados por noticias que inquietan, guerras, hambre, enfermedades, mucha corrupción y falta de confianza en quienes gobiernan”.

La trascendencia de la congregación tiene más calado que los discursos, porque recoge la devoción a la doctrina de Jesús de personas que se trasladan desde distintos puntos del territorio.