Como aspirante a presidir la Cámara de Cuentas (CC), expuse en nuestra entrevista de evaluación ante la Comisión Permanente de Cámara de Cuentas de la Cámara de Diputados, la propuesta que busca que ese Órgano Rector del Control Externo pueda realizar auditorías en menor tiempo y costo, logrando una mayor cobertura en la ejecución del Plan Anual de Auditoría, y realizando gran parte de dicho trabajo de forma remota (aproximadamente en un 70%), siendo esto posible en las instituciones que gestionan sus procesos de compras y contrataciones a través del Sistema Electrónico de Contrataciones Públicas (SECP), tramitan sus órdenes de pago a través del Sistema Único de Gestión de Pagos de la Contraloría (SUGEP), y ejecutan las mismas a través del Sistema de Información de la Gestión Financiera (SIGEF), realizando el descenso personal a las instituciones con posibles hallazgos previamente identificados a distancia o de forma virtual.
Cabe destacar, que, al reducir el tiempo de trabajo de las auditorias, y en algunos casos, incluso reducir la cantidad de auditores que las realizan, los costos asociados se reducen, liberando recursos presupuestarios para la contratación de más personal técnico, incrementando nuestra capacidad de trabajo, así como, posibilitando una mayor cantidad de instituciones auditadas. Vea aquí su exposición completa: https://www.youtube.com/watch?v=Iml-IRNFDAE.
El fortalecimiento institucional es clave para lograr una Cámara de Cuentas eficiente, transparente y que produzca valor público, convirtiéndola en una institución con credibilidad y digna de confianza. Para lograrlo, expresamos los siguientes aspectos a ser tomados en cuenta.
Diagnostico. Una vez seamos seleccionados como Presidente de la CC, o Miembro del Pleno de la misma, debemos empezar a trabajar realizando un diagnóstico de las capacidades técnicas y las competencias del personal que labora en ella, así como un levantamiento minucioso de los recursos tecnológicos, mobiliario, materiales e insumos de lo que dispone, de manera que estemos bien edificados respecto a nuestra capacidad de trabajo, y tomando ese diagnóstico como punto de partida para iniciar los ajustes que sean necesarios, luego de un delicado proceso de evaluación, análisis y determinación de las estrategias a ser implementadas para el logro de los objetivos propuestos.
Por: Cristian de Jesús Báez Albert