Opinión

Ganadería de montaña

Ganadería de montaña

La sequía en la Línea Noroeste sigue causando estragos, sin la esperanza sin que haya lluvia hasta el próximo mes de mayo, mientras los ganaderos, bananeros, y arroceros siguen acumulando pérdidas millonarias a consecuencia de una calamidad que no se registraba en el país desde hace varias décadas.

Se espera que las autoridades agropecuarias aceleren el ritmo de ayuda a los productores.

Sobre el tema nos escribe desde la provincia de Santiago Rodríguez el ingeniero agrónomo, Jesús María Peralta, con una maestría en Zootecnia, y una síntesis de su misiva que dice así: “la llegada de los colonizadores a nuestra isla trajo consigo el cambio cultural en el régimen de seguridad alimentaria, a través de la introducción de la ganadería. Desde entonces, la ganadería condujo a la tala de bosques y a su posterior sustitución por potreros de pasturas.”

“Existe un hilo conductor entre la ganadería y la tala y quema de bosques, actividades que constituyen actualmente la mayor amenaza ecológica a nuestros bosques generadores de agua. El pastoreo en la montaña genera impactos ambientales negativos como la erosión y compactación del suelo; los daños a la biodiversidad genética al imponerse el monocultivo de gramíneas mediante quemas estacionales y eliminación de cualquier otra especie vegetal”.

“En el caso de la ganadería de montaña, los efectos extensivos son todavía mayores, toda vez que los daños provocan escasos rendimientos que se consiguen con un pastoreo extensivo en las montañas, no compensan los enormes costos ambientales ni en dinero ni en el tiempo necesario para la recuperación de dichos bosques.”

“La carga animal (# de tareas por animal adulto) típica para la ganadería bovina en las montañas es de 0.5 unidades por hectárea de tierra. Esto significa que para un ganadero poder contar con la comida suficiente para alimentar un novillo de engorde o una vaca adulta en nuestras montañas, necesita talar 32 (32 tareas de bosque).”

“Esta forma de producción extensiva, dista mucho de los que son los parámetros productivos de una granja de manejo intensivo que cultive pastos mejorados. La ganadería extensiva de montaña se parece más a una ganadería de crianza, donde el producto principal es la consecución de un ternero (a) cerca de cada dos años por vientre adulto.”

El Nacional

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