José Rafael Sosa

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El teatro tiene poderes infinitos. El teatro puede, cuando la inteligencia conduce sus recursos y lenguajes, desarrollar tantas posibilidades de expresión, como la vida misma. El teatro puede ser simplista o múltiple, denso o superficial, aleccionador o alienante, más allá de los aplausos finales y las felicitaciones de camerino tras la función , mas impuestas por el deseo de tomarse una foto con la estrella que de por el valor de lo hecho en escena.

En oportunidades penetra con acierto en una función artística-didáctica, como al efecto encontramos con deleite en Jaime Santos, gran sorpresa hispana en el VIII Festival al Internacional del Teatro con Gaudemaus (¡Alegrémosnos!), ofreciendo una lección del teatro objetual (el que se apoya en objetos cotidianos a los que impregna vida efectiva gracias a las tonalidades expresivas de la voz y el gesto, en recursos en los cuales este artista evidencia una singular maestría.

Con la gracia de un maestro del teatro, Jaime Santos, relata que la novela El licenciado Vidriera, de Miguel Cervantes, de la cual se relaciona con El Quijote (por el personaje central, sus ideas obsesivas y su tendencia a la relatoría de historias), aun cuando es mucho menos conocida.

Apoyado en objetos cotidianos (botellas, botijas, cafeteras, collares, papel aluminio, burbujas, cacerolas) Sánchez utiliza su abanico de expresiones verbales y una expresión corporal que suman valor a su propuesta. Tiene consistencia, profundidad y gracia suficientes como para llegar al alma de su público con la gracia como bandera y literatura como eje.

Teatralmente, Teatro Chana, fundado por Santos hace 15 años, lo que oferta es la posibilidad de hacer atractiva la oferta de clásicos de la literatura, en un código atractivo y efectivo, de alta facturación artística, en capacidad de llevar a descubrir o re-descubrir la literatura por la vía de lo escénico bien gerenciado. Clásicos vistos de otra forma, una amigable que impone el reconocimiento del público al verlos en escena, dada la distancia que tienen los jóvenes de hoy respecto de la literatura de carácter formativo y literario.

Literatura e hilaridad

Aun cuando aparentemente es simple el desempeño, lo que hace Santoa en escena demanda academia, estudio, prácticas y ensayos agotadores.

Lograr que el público vea “actuar” a objetos inanimados, los perciba graciosos, penetrantes, con vida y alma, no es cualidad sencilla.

Santos, con su propuesta al FITE 2014, imprime novedad a la escena. El solo en escena, con su rostro impasible, su multiplicidad de voces dominadas, su acertada gesticulación, sus efectos especiales, nos dió toda una experiencia.