Editorial

Gran esfuerzo

Gran esfuerzo

Al margen de las estadísticas según las cuales en Nochebuena murieron 17 personas y 199 resultaron afectadas, es encomiable el esfuerzo desplegado por el Gobierno para garantizar la paz y la seguridad en estos días. A las múltiples labores de prevención y auxilio coordinadas por las Fuerzas Armadas, la Policía y el Centro de Operaciones de Emergencia (COE) bien puede agregarse la prudencia de la ciudadanía. La encrespada ola de violencia, que últimamente había cobrado varias vidas en atracos y asaltos, fue uno de los factores que persuadió a la gente para recluirse en sus hogares a disfrutar en familia de la tradición cristiana.

El patrullaje combinado de más de 32 mil policías y militares surtió sus efectos en cuanto a resguardar el orden público, a pesar de algunos actos de vandalismo, como los asaltos en horas del día y en plena 27 de Febrero protagonizados por bandas de motoristas a camiones del Plan Social de la Presidencia que transportaban alimentos para las familias más necesitadas.

La violencia que ha aterrorizado a la población en realidad ha sido mínima, como evidencia el hecho de que casi todas las defunciones y heridos reportados estos días hayan sido en accidentes de tránsito. También, aunque en un grado muy inferior, muchos de los afectados han sido por intoxicaciones alcohólicas. Con una delincuencia que se había apoderado de las calles el resultado de la jornada de prevención y auxilio ha sido más que exitoso.

El masivo operativo supuso el despliegue de otras 32 mil personas en carreteras y puntos estratégicos para prevenir y auxiliar a los afectos en cualquier percance. Con los excesos a que suele entregarse la población no se podían escatimar recursos para  evitar, en la medida de lo posible,  luto y  sufrimiento en familias y hogares. 

Por más que sea su misión, la Policía, las Fuerzas Armadas, el COE y el propio Gobierno pueden anotarse un tanto con todas las medidas que desplegaron para garantizar no sólo la Nochebuena, sino todos estos días con la mayor paz y seguridad. Aunque la población aportara mucho de su parte, sin importar los motivos, que pueden ser muchos, en la conformación de la saludable atmósfera social.

Entre las múltiples perturbaciones, la criminalidad y la delincuencia son de las que más angustian a la población. Y lo que de un tiempo a esta parte se ha vivido, lamentablemente, ha sido que la violencia ha despojado a la gente del deseo de salir a las calles para compartir con amigos o disfrutar de unas copas en cualquier centro de diversión. La vía pública se ha tornado en un riesgo para cualquier ciudadano. Los operativos de estos días y el mismo comportamiento cívico pueden asumirse como parte de una estrategia para fomentar el orden, la confianza y la seguridad en la población.

El Nacional

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