Las primarias celebradas ayer representan un gran referente en la historia política nacional porque se estrenó el voto electrónico, fueron muy concurridas, relativamente ordenadas y pacíficas, con resultados reñidos en el Partido de la Liberación Dominicana (PLD).
Esa experiencia asociada con el fortalecimiento de la democracia, ha quedado algo empañada con la denuncia del expresidente Leonel Fernández, de que se habría instalado un algoritmo en el código fuente del software utilizado por la JCE que alteró los resultados de los comicios, situación que debe investigarse.
Los cómputos preliminares otorgan una ventaja de uno por ciento a Gonzalo Castillo sobre el doctor Leonel Fernández, señal de lo muy cerrada que ha sido esa competencia comicial.
En el Partido Revolucionario Moderno (PRM), que implementó el modelo de primarias cerradas, el licenciado Luis Abinader venció por amplio margen al expresidente Hipólito Mejía, en una victoria que no parece dar margen a objeciones.
Corresponde a la Junta Central Electoral (JCE), después de atender y despejar denuncias sobre supuestas irregularidades, anunciar oficialmente al postulante que ganó la candidatura presidencial del PLD.
Una primera lectura de esas votaciones que debería llamar la atención de mansos y cimarrones dentro del partido oficialista debe ser que, conforme a los resultados, las preferencias de los dos principales liderazgos peledeístas han quedado divididos prácticamente por la mitad.
No hay que ser experto en estrategias electorales para señalar que la gran tarea pendiente del PLD es la de promover unidad en la diversidad o prepararse para insospechadas derrotas electorales en las elecciones congresuales, municipales y presidenciales.
Los resultados electorales hacen pensar que hoy en el PLD se puede llorar la victoria o festejar la derrota, porque al fin y al cabo lo que ha quedado demostrado es que a ese partido le encaja el estribillo aquel de que “ni contigo ni sin ti tienen mis males remedios…”
Las más cálidas felicitaciones van dirigidas a los ciudadanos que cumplieron con su deber cívico al acudir a depositar su voto en las primarias cerradas del PRM o abiertas del PLD, porque esa ha sido una muy valiosa contribución a la democracia.
