Las muertes de doña Carmen Quidiello, viuda del profesor Juan Bosch, y del merenguero Vinicio Franco han sido dos grandes pérdidas para el país, la cultura y la música popular. Doña Carmen, que nació en Cuba, falleció por causas naturales a los 105 años de edad en su residencia de esta ciudad.

Ella y Bosch se conocieron por azar del destino en una guagua en Matanzas, Cuba. Doña Carmen tenía un libro de cuentos de Bosch en las manos cuando el escritor y expresidente dominicano entró y se le sentó al lado. Ahí comenzó la conversación que los unió para siempre.

Era una mujer culta e inteligente, que ejerció la docencia y solía escribir sobre asuntos culturales. En la desaparecida revista ¡Ahora! escribía la columna “Figuras en su marco” con el seudónimo de Renata.

Desde la muerte de Bosch se refugió en su residencia, donde vivió en el más absoluto silencio. En cuanto al merenguero Vinicio Franco, quien falleció a los 87 años de coronavirus, fue una leyenda del pimentoso género musical.

Temas como “Los algodones” y “El sancocho prieto” lo consagraron, entre otros, como uno de los intérpretes más aclamados. Vinicio era de los últimos de una generación de estrellas, que contó con intérpretes como Joseíto Mateo y Francis Santana.

En lo personal era una persona muy cordial y decente. Con la partida de la viuda del profesor Bosch y del afamado merenguero el país pierde a dos distinguidos exponentes de la cultura y la música popular.