El pasado 28 de marzo, un día fatídico en el calendario, se cumplieron 52 años del asesinato del periodista, abatido en 1973, a las 9:20 de la noche, cuando se dirigía a buscar su vehículo, estacionado en la calle Mercedes esquina José Reyes, para ir a su casa.
Su fallecimiento, marcó en la libertad de expresión, una avalancha de amenazas, persecución, premeditación y alevosía.
El presidente del Colegio Dominicano de Periodistas (CDP), Aurelio Henríquez, José Beato, secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa (SNTP) y Olivo De León, presidente del IPPP, depositaron una ofrenda floral, el viernes 28 de marzo, a las 9:00 de la mañana, al cumplirse el Quincuagésimo Segundo Aniversario del asesinato de Gregorio García Castro (Goyito), donde ambos pidiendo al director de la Policía Nacional, mayor general, Ramón Antonio Guzmán Peralta y al presidente Luis Abinader Corona, que se haga justicia con los responsables del crimen.
Goyito fue asesinado por la cúpula militar y policial balaguerista, sector que formó «La Banda», de los generales Enríque Pérez y Pérez y Cruz Brea, a un mes del fusilamiento de Francisco Alberto Caamaño Deñó, a cuyo desembarco le dio amplia cobertura noticiosa y de opinión a través de «En un tris», la columna más leída del país, que publicaba en el diario vespertino Ultima Hora.
Abatido por los tres sicarios del servicio secreto de la Policía Nacional, encabezados por el teniente Juan María Arias Sánchez (fallecido) y los cabos Milton de la Cruz Lemus y José Rafael Pérez Pereyra, dispararon a quemarropa a García Castro (Goyito).
Cuando acababa de salir del vespertino Ultima Hora, tras finalizar su jornada de trabajo como jefe de redacción.
Luego de cometer el crimen contra el malogrado periodista, se dieron a la fuga en una camioneta que tenían previamente estacionada cerca de la calle José Reyes en la Zona Colonial, según versión que ofreció el sereno del periódico, José Ramírez, a la Policía Nacional.
Goyito nació en la Sección de Pontón, La Vega, el 17 de noviembre de 1936. Fueron sus padres Israel García y Ana Dolores Castro, personas de escasos recursos económicos.
Desde muy joven se inclinó al periodismo y trabajó como reportero para los periódicos La Información, de Santiago, La Nación y El Caribe, en Santo Domingo.
A finales del régimen del dictador Rafael Leonidas Trujillo Molina fue diputado al Congreso Nacional y llegó a dirigir la emisora gubernamental conocida como «Radio Caribe».
Tras el golpe de estado que derrocó el gobierno constitucional del profesor Juan Bosch, el 25 de septiembre de 1963, fue deportado del país por sus actividades de oposición al régimen del Triunvirato.
El doctor Joaquín Balaguer lo designó en 1964 como su representante político en Puerto Rico y realizó una intensa labor proselitista en favor del líder del Partido Reformista.
Sus trabajos se intensifican y en 1966 pone al servicio de Balaguer sus conocimientos publicitarios para la realización de la campaña electoral que lo llevó a la presidencia de la República.
Más adelante, trabajó en la oficina de relaciones públicas de la Secretaría de Estado de Agricultura, hasta que pasó a formar parte del personal del periódico vespertino Ultima Hora.
Gregorio García Castro (Goyito), fue nombrado jefe de redacción en ese diario, donde escribía la mencionada una columna, donde hacía fuertes análisis políticos.
En esta se oponía a la reelección del doctor Joaquín Balaguer, criticando agriamente al gobierno, tanto en su columna del periódico y en el programa de televisión que producía, con una censura severamente fuerte, a los operativos policiales de agresiones a militantes de izquierda, en los cuales muchos perdieron la vida en el año 1970.
Gregorio García Castro (Goyito), denunció valientemente las viles actividades de un grupo derechista llamado Frente Democrático Antiterrorista Anticomunista, mejor conocido como «La Banda Colorá».
Y en ese entonces comienza a ser amenazado de muerte, según le comunicó a colegas compañeros del periódico vespertino Ultima Hora y amigos, donde se desempeñaba.
Goyito fue un comunicador social que se entregó desde muy joven al periodismo serio y veraz, destacándose en la prensa escrita, radial y televisiva, rompiendo los récords de audiencia en cada medio de comunicación que le tocó ejercer.