Aunque se ha proclamado en todos los foros nacionales e internacionales, que la República Dominicana no puede con la carga de Haití, y cualquier solución debe ser hecha en territorio de ese país, en la práctica estamos soportando una horrible y problemática inmigración ilegal , con repercusiones negativas en diversas áreas muy sensibles que afectan a los nacionales.

Apenas faltando una semana para el inicio del nuevo año escolar, miles de estudiantes se quedarán sin el pan de la enseñanza, pues los espacios están ocupados por haitianos sin documentación legal, lo mismo ocurre con los hospitales, donde las camas están ocupadas por parturientas y enfermos del SIDA, limitando a casi a cero, los servicios de salud que deben recibir los dominicanos, lo que constituye una agravante a la deuda social acumulada.

Y la dejadez y el desgano de los diversos gobiernos, han impedido la terminación de centenares de escuelas, como el plantel que necesitan los habitantes de Las Charcas, en Santiago, Guerra y Cancino Adentro, de Santo Domingo Este, entre otros, los cuales por falta de voluntad acelerarán el nivel de ignorancia de muchos que ingresan en la degeneración que vive la sociedad.

Los planteles escolares en construcción, están abarrotados de haitianos ilegales, algunos de ellos hasta alquilan las aulas, contribuyendo así a la degradación de nuestro país, ante la mirada indiferente de nuestras autoridades, que están dejando que los invasores se apoderen cada día de áreas territoriales, induciendo a pensar a muchos sectores de que se ejecuta paso a paso la fusión de la isla.

Y en ese plan colaboran figuras del gobierno, verdaderos quintas columnas y es preciso recordar, como si tuviera dotes de oráculo, al patricio Juan Pablo Duarte, quien llegó a advertir que mientras no se escarmiente a los traidores como se debe, los buenos dominicanos serán siempre víctimas de sus maquinaciones.

Un colaborador definió como mala señal cuando el ministro de Economía, Pavel Isa, se expresa de forma crítica y acusatoria contra el pueblo dominicano.