Opinión

Haití y la corrupción

Haití y la corrupción

Tras la alharaca inicial, la investigación de la comisión designada por el Gobierno de Haití para establecer responsabilidades sobre el desvío de más de 2,000 millones de dólares que detectó el Senado en el programa Petrocaribe, se ha estancado. Las razones por las cuales no se ha avanzado se han evidenciado con toda claridad en la medida que pasa el tiempo. Por ejemplo, el nombre del presidente Jovenel Moise aparece en el esquema de corrupción que se estructuró bajo la gestión de Michel Martelly para lesionar los intereses del pueblo haitiano.

El Senado de Haití detectó un patrón de corrupción en todos los contratos de Petrocaribe, que el pueblo a través de encendidas protestas ha reclamado que se aclare y que los presuntos responsables sean encarcelados. Por ahora lo más lejos que ha llegado el Gobierno es a la cancelación de tres funcionarios heredados de la gestión de Martelly que administraron el convenio, así como a la designación de una comisión presidida por el ministro de Justicia.

Ha de reconocerse que de las naciones beneficiadas con el convenio a través del cual Venezuela suministraba petróleo para pagarse con dinero, productos agrícolas y otros medios, la vecina República es la única que se ha interesado en transparentar la operación.

Aunque las movilizaciones populares dejaron cuatro o cinco muertos, se entiende hasta cierto punto la indiferencia del gobernante para que se avance en la investigación. Y es que según una investigación periodística una empresa suya figura entre las favorecidas con la venta al Estado de lámparas a sobreprecios.

Conforme a los datos en enero de 2013 una compañía de Moise, quien entonces no estaba en el juego político al que llegó apadrinado por Martelly, su antecesor, firmó un contrato para instalar 65 luminarias solares con un sobrecosto que el Senado estimó en 105.3%.

Lo que no se entiende es que la Organización de Estados Americanos (OEA) y la comunidad internacional, que tan preocupadas suelen mostrarse por la suerte de Haití, en lugar de reclamar justicia sobre el supuesto desvío de recursos que pudieron servir para mejorar el sistema de salud y las condiciones de vida de los haitianos, se descantara por respaldar a Moise, sobre todo frente a la renuncia que demandaron algunos sectores si en verdad está implicado en el escándalo de corrupción de Petrocaribe.

Es deplorable que se haga causa común con la impunidad a nombre de la gobernabilidad.

Se ha documentado que los préstamos de Petrocaribe por alrededor de 3,833 millones de dólares que Venezuela hizo a Haití a través de Petrocaribe beneficiaron más a políticos y empresarios dentro y fuera del territorio que a los propios haitianos, porque muchas de las obras para las que estaban destinados los recursos, no se realizaron.

El Nacional

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