Editorial Opinión

Humareda

Humareda

No se conocen las circunstancias en que fue secuestrado y liberado el agregado agrícola de la embajada dominicana en Haití por la banda los 400 Mawozo ni tampoco las razones por las cuales el líder de ese grupo alertó que muchos de sus cómplices intentan cruzar la frontera.

La Cancillería dominicana informó sobre el rapto de Carlos Guillén Tatis perpetrado cuando viajaba en su vehículo de retorno desde Puerto Príncipe a Jimaní y cuatro días después agradeció a quienes ayudaron a gestionar la liberación del diplomático.

Pese a que se dijo que los captores de Guillén Tatis reclamaron el pago de 500 mil dólares por su liberación, las autoridades no han revelado si se entregó ese dinero o alguna otra suma o si fue puesto en libertad pura y simple.

Ese hermetismo alrededor del secuestro del diplomático motiva preocupación adicional por las afirmaciones de Men Sak Noubel, jefe de la banda 400 Mawozo, de que muchos desertores de su grupo intentan penetrar a territorio dominicano.

El déficit de información sobre un hecho relevante como ha sido el rapto de Guillén Tatis en Haití provoca que la ciudadanía hilvane conjeturas en torno a lo sucedido o se formule preguntas que nadie en el Gobierno satisface con respuestas adecuadas.

En ese contexto no queda claro si el envío de tropas y equipos adicionales a la frontera fue por el rapto del diplomático o por la deserción de miembros de los 400 Mawozo, tres de los cuales fueron asesinados por multitudes en Anse-a-Pitre y al menos cuatro apresados en Pedernales.

Para entender la preocupación ciudadana por la humareda alrededor de ese secuestro y liberación del diplomático dominicano y de la movilización de la banda 400 Mawozo en la cercanía de Pedernales, solo hay que seguir el rastro de las pandillas salvadoreñas Mara Salvatrucha y Barrio 18, que aglutinan a unos 70 mil miembros y que operan filiales en California, Washington D.C. y Nueva York.

Lo saludable sería que el Gobierno aclare todo lo relacionado con el secuestro y liberación del diplomático Guillén Tatis y que ofrezca seguridades de que aquí no se instalarán sucursales de 400 Mawoso ni de ninguna otra de las bandas que hoy controlan a Haití.

El Nacional

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