Por más incómodo que pueda resultarle, el Gobierno no debe vacilar ni demorarse en detallar los ingresos y egresos en los programas para combatir el coronavirus. Tiene que estar más que consciente de que la renuencia o cualquier dilación no hace más que alimentar las denuncias de corrupción en licitaciones y la ejecución de programas. Al reclamar al Gobierno que se rinda cuenta detallada de las actividades contra la pandemia, el movimiento Participación Ciudadana dice que la relación de gastos suministrada al Congreso carece de información financiera, económica y estadística. Se supone que no existe el menor inconveniente para dar cuenta, como reclama el grupo cívico, de las donaciones que se han recibido, de las fuentes que las han aportado, así como los montos y los nombres de las instituciones y organizaciones a las que fueron destinadas. En la lucha contra la pandemia, sobre la cual han abundado las contradicciones y denuncias, no se puede callar ningún tipo de información que contribuya a edificar a la opinión pública. Es obvio que la transparencia, que tiene en la rendición de cuentas uno de sus pilares, es fundamental en toda buena administración.