Editorial

 Irracional

 Irracional

El proyecto de reforma fiscal enviado al Congreso por el Poder Ejecutivo incluye un impuesto de dos pesos  al galón de gasolina y gasoil dizque para destinarlo al mantenimiento de la estructura  vial y para la renovación del transporte público, lo que lo tipifica como un gravamen irracional que implica doble tributación y privilegia a  clanes empresariales que fungen como dueños del país.

Se suponía que  el financiamiento para  reparación y mantenimiento de autopistas y carreteras provenía del impuesto de 30 pesos que  se obliga a pagar a choferes y conductores de vehículos  de todo tipo que cruzan por los puestos de peaje, por lo que no se entiende que se cree otro con los mismos fines de ley.

Lo peor de ese impuesto  al gasoil y gasolina, que  recaudaría cientos de millones de pesos, es que ha sido propuesto también para  enriquecer aún más  al oligopolio seudo sindical que controla el negocio del transporte público de carros y  autobuses urbano e interurbano, como si fuera justo obligar a la ciudadanía a  sacrificarse para  beneficiar a unos cuantos aprovechados.

Se dirá que con lo recaudado por  ese absurdo tributo se renovaría el parque de autobuses de la  Oficina Metropolitana de Servicios de Autobuses (Omsa), pero gran parte de esos recursos  serían para  adquirir  centenares de  carros y minibuses que  los jefes de esos clanes  manejarían o distribuirían a su antojo como ha sucedido con todos los planes de renovación del transporte público.

¿Por qué el Gobierno pretende penalizar aún más  a  la ciudadanía para  consolidar los negocios de clanes de transportistas que se erigen como dueños del país al implantar tipos de  oligopolio y monopolio que generan más rentabilidad que cualquiera de las grandes empresas instaladas  con el  sudor de sus accionistas?

Lo mejor sería que  antes de proponer un impuesto que genera privilegio a una  claque empresarial en perjuicio de usuarios y consumidores, el Gobierno  investigue las razones por las cuales  la mayoría de los puestos de peajes fueron  privatizados a favor de una empresa extranjera que no ha construido ni un solo metro de carretera.

Como para que la burla sea mayor, en la propuesta de paquetazo fiscal  se exonera a minibuses, autobuses y camiones de carga del pago del propuesto impuesto por la  emisión de monóxido de carbono, otro privilegio  a favor de  esos dueños del país.

Duele comprobar que el presidente Danilo Medina también se ha dejado chantajear por esos oligopolios, pero más duele comprobar que el mandatario ha aceptado  la  absurda idea de extraer de las costillas de los ciudadanos, por vía de un impuesto irracional e ilegal,  cientos de millones de pesos, la mayoría de los cuales estarían destinados a  enriquecer aún más a esa gente.

El Nacional

Es la voz de los que no tienen voz y representa los intereses de aquellos que aportan y trabajan por edificar una gran nación