Por: Bill Plaschke
Los Ángeles Times.- Los Ángeles lo abuchearon. Los Ángeles se burlaron de él. Los Ángeles lo odiaban.

Pero, Dios mío, cómo lo respetaban Los Ángeles.

Como jugador, Bill Russell fue la puñalada de 6 pies y 10 pulgadas en el corazón de los Lakers, lo que llevó a los Boston Celtics a siete victorias en las Finales de la NBA sobre la franquicia, el enemigo individual más grande de su historia.

Sin embargo, como ser humano, fue mucho más impactante, pasó su vida luchando contra el racismo, presionando por la justicia, participando en batallas mucho más grandes que un juego de baloncesto.

En sus últimos años, durante sus visitas ocasionales a lo que entonces era el Staples Center, Russell recibía una reacción singular cuando se le mostraba en el tablero de video.

Una ovación de pie.

Fue la única vez que un Celtic de Boston recibió vítores en la cancha local de los Lakers, pero Bill Russell fue así de grande, fuerte y duradero.

Su muerte el domingo a los 88 años deja en el mundo del baloncesto un legado que no puede ser reemplazado.

“Uno de nuestros días más oscuros”, dijo Jerry West en una entrevista telefónica el domingo. “Era una de esas personas únicas que aparece como un factor que marca la diferencia cuando se necesita un factor que marca la diferencia”.

La mayoría de las encuestas enumeran a Russell como el sexto mejor jugador en la historia de la NBA, pero la mayoría de las encuestas son una locura, ya que nadie ejerció mayor influencia, nadie superó mayores dificultades y nadie fue un gran campeón.

Sus 11 títulos de la NBA lo convierten en el atleta estadounidense más condecorado en la historia de los deportes profesionales más importantes. Sus innumerables tiros bloqueados y el promedio de su carrera de 22.5 rebotes, ¡piense en ese número! – lo convierte posiblemente en el mejor defensor en la historia de la NBA.

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Mucho más importante que todo eso fue un activismo social que lo convertirá para siempre en el reflejo del baloncesto de otro pionero.

“En cada generación, las personas marcan la diferencia no solo con su juego, sino también con su personalidad”, dijo West. “Bill Russell y Jackie Robinson estaban en la misma clase”.

EL DATO

Grandes amigos

Uno podría pensar que West y Russell serían enemigos jurados, considerando que los Celtics de Russell vencieron a los Lakers de West en seis Finales. Uno estaría equivocado. “Bill no era mi rival”, dijo West. “Bill era mi amigo”.