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Jueces meritorios

Jueces meritorios

Hugo A. Ysalguez

En el organigrama del Poder Judicial, hay centenares de jueces en los distintos Distritos Judiciales, muchos de ellos con una marca de honradez y eficiencia en su labor, y solo la Suprema Corte de Justicia maneja el desempeño y el referente ético de cada magistrado a los fines de aplicar ascensos o sanciones disciplinarias.

Hay dos jueces, una del Tribunal de Tierra de jurisdicción original de Montecristi, la licenciada Ramona Onilda Hernández Ferreira , y otro en Santiago presidente de la segunda sala de la Cámara Civil y Comercial de esa demarcación, licenciado José Luis García y García, ambos con méritos acumulados durante su carrera dentro del sistema, al aplaudidos y reconocidos por los usuarios.

La magistrada Hernández Ferreira, con 26 años en el Poder Judicial, no solo conoce las litis que se registran en la provincia de la Línea Noroeste, sino también las controversias de Dajabón, por lo que el cúmulo de trabajos es bastante notorio, lo que requiere mayores esfuerzos para disminuir la mora judicial, teniendo que laborar a veces sábado y domingo, con la ayuda de la abogada ayudante, licenciada Karina Altagracia Lombert, quien lleva dos años como interina, esperando su nombramiento de la Suprema Corte.

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Hay una ley que crea un Tribunal de Tierras en la provincia de Dajabón, y ninguno de los recientes presidentes de la Suprema, se ha preocupado por instalar el juzgado, el cual ayudaría a descongestionar de expedientes el de Montecristi y facilitar que los dajabonenses conozcan sus controversias en su demarcación, sin tener que trasladarse a la comunidad montecristeña.

Por otra parte, el magistrado García y García, tiene la virtud de tener cero mora judicial, el único tribunal del país que no tiene atraso en los expedientes pendientes fallos, un logro que si no es un récord, está muy cerca de estar en la cima dentro del Poder Judicial, pues a la segunda sala de la Cámara Civil y Comercial de Santiago, ingresan alrededor de 900 controversias al año y todas tienen sentencias que una eficacia y prontitud que no exhibe otro juzgado, aún sea de categoría inferior o superior.

El presidente de la más alta corte del país, magistrado Luís Henry Molina, declaró recientemente que la mora judicial, ha disminuido de un 70 a un 46 por ciento, un dato muy significativo que indica que los jueces de los diversos grados están dedicando tiempo a su sagrado deber de impartir justicia, dado que una justicia tardía se convierte en una injusticia, y por tal razón los expedientes no deben dormir el sueño eterno , engastados en los archivos de las oficinas de los juzgadores.