Editorial

Juntos

Juntos

Al desistir del propósito de transar acuerdo con  ocupantes ilegales de terrenos de Bahía de las Águilas, el Gobierno demostró voluntad política para atender o acoger mensajes que la sociedad envía de aprobación o rechazo a iniciativas oficiales, lo que  parece allanar camino para lograr auténtico consenso en torno a la ejecución de obras de infraestructura o programas de  desarrollo de gran alcance nacional.

La sociedad desestimó ese convenio transaccional, aun a costo de que se retrase el proyecto de  convertir al Suroeste en el cuarto polo turístico, pero respaldó de manera  unánime  la decisión oficial de  exigir mayor participación en las utilidades por explotación  de la mina de oro de Pueblo Viejo, sin importar advertencias y amenazas sobre  daños al clima de negocios y a la inversión extranjera.

Autoridades y ciudadanía están compelidas a mantener abierto y viable tan efectivo canal de comunicación porque son muchos y de gran trascendencia los temas de la agenda de urgencias nacionales sobre los cuales urge unificar criterio colectivo, así como evitar que se extravíen otros ya consensuados, como el de relanzar la educación básica por  senderos de la excelencia.

El Gobierno requiere  respaldo y participación de la población en la toma de decisiones  encaminadas a  afrontar la grave crisis  del subsector eléctrico, toda vez que es previsible que el recetario de remedios ofrecido por el presidente Danilo Medina en su discurso ante las Cámaras Legislativas afecte a intereses cobijados   en nidos  oligopólicos  que no desearían  abandonar.

La construcción de la carretera Cibao- Sur, que se aspira  a que los puntos de conexión sean las provincias de San Juan y Santiago, es otro tema que requiere la socialización, por su importancia  económica, envergadura de la inversión y por los efectos que causaría -buenos o malos- al medioambiente.

Todo lo relacionado con el 4% a la educación, el Plan Nacional de Alfabetización, el Desayuno Escolar y los programas para  afrontar la deserción y repetición escolar y promover la capacitación docente deben ser de gran interés para Gobierno y población obligados a insertar esos temas en un Plan Decenal que no deje nada a la improvisación.

Se requiere también una efectiva conexión entre  autoridades monetarias y financieras con  los  sectores productivos y el ciudadano ordinario en la aplicación de políticas públicas que ayuden a contener el agobiante déficit  fiscal y a disipar los  permanentes peligros de  explosión inflacionaria. Los votos son para que Gobierno y población  se lleven de las manos.

El Nacional

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