Detrás de esta medalla hay mucho sudor, lágrimas, dedicación y sacrificios.
Este es un bronce con sabor a oro.
Así que por favor no os fijéis en el color del metal, poned su atención en el significado que tiene para una atleta con valor espartano, madre, estudiante y ama de casa a tiempo completo.
Considerad su importancia para un país que acaba de realizar su más memorable actuación en unos Juegos Panamericanos en el extranjero.
La hazaña de Karina
Cuando subió al podium, para recibir su recompensa como ganadora del tercer lugar, Karina Alexandra Díaz Medina levantó su cabeza con orgullo y tuvo un sentimiento similar a la satisfacción de ver la presea dorada colgada en su pecho.
Para Karina, karateca de la categoría menos de 61 kilogramos, tiene ese valor.
Porque aunque luchó a brazo partido para lograrla y no le fue posible, esa presea de bronce le permitió estar en el altar de los triunfadores por tercera vez consecutiva en unos Juegos Panamericanos, algo que pocos atletas dominicanos han logrado (Yudelkis Contreras: 2003, 2007 y 2011).
Su primera experiencia panamericana fue en Guadalajara 2011, donde obtuvo medalla de plata. Luego en Toronto 2015 realizó una actuación similar para quedarse con el subcampeonato y ahora, Lima, Perú 2019 le vio subir una vez más al podium, esta vez para recibir uno de los 17 bronces conquistados por la delegación dominicana en esa cita continental.
“Fui bien preparada a estos juegos, aunque no pude lograr el objetivo deseado”, expresa Karina.
Revela que estudió bien a Laurimar Garcé, su rival mexicana en la disputa por el derecho a disputar el oro, “pero al parecer ella me estudió mejor a mí”.
En su categoría –de acuerdo con Karina- todas las competidoras que estuvieron en los Juegos son viejas conocidas.
Entiende que quizás no utilizó la estrategia correcta contra la mexicana que finalmente se alzó con el oro.
“Pero ganar el bronce es más difícil, pues después de fallar por el oro, tienes que esperar para enfrentar a las demás que ya enfrentaste”.
Karina disfruta del cariño de la gente. En la universidad (UASD) donde estudia, en su barrio, en su pueblo y hasta en su casa, es idolatrada.
Pero ni eso ni sus logros le hacen perder el enfoque. Ella mantiene los pies sobre la tierra y asume cada día como un reto que debe vencer.
Karina madre
Su día normal, de lunes a viernes, inicia a las 5:30 de la mañana, cuando se levanta para preparar a Wilkin Ogando, su hijo de 10 años, y llevarlo al colegio.
A las 9:00 de la mañana inicia sus entrenamientos hasta las 12 del mediodía. Luego recoge a su hijo, lo lleva a casa y en la tarde está en el instituto donde Wilkin practica el judo. Dedica el resto del día a las tareas de la casa y de la universidad.
Sus estudios
Está a punto de recibirse como licenciada en sicología clínica, en la Universidad Autónoma de Santo Domingo, donde estudia los fines de semana.
El deseo de ayudar a las personas le hizo inclinarse hacia la psicología.
“La depresión y muchos otros males mentales están haciendo mucho daño al ser humano”, expresa.
“Siempre he querido conocer a los seres humanos, analizar el porqué de sus acciones, el porqué de las cosas”.
Tokio 2020
Viajó el pasado viernes a Tokio, a una base de entrenamientos con miras a la participación en la Liga Premier donde aspira puntuar para los Juegos Olímpicos.
Perfil
Edad:
28 años. Nació en Santo Domingo.
Estudios:
Estudiante de término de Lic. en Psicología Clínica, en la UASD.
Deporte:
Karate. Categoría -61 kilogramos.
Padres:
Ingeniero Agr. Domingo Arturo Díaz y Nancy Altagracia Medina.
Palmarés:
Panamericanos: Plata en Guadalajara 2011; Plata en Toronto 2015 y Bronce en Lima 2019.
Centroamericanos:
2 bronces en Mayagüez 2010: Oro en Veracruz 2014 y Plata en Barranquilla 2018.