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La corrupción y los DDHH

La corrupción y los DDHH

Dos fechas son oportunas para el tema de hoy, por un lado, el pasado domingo 9, fue el Día Internacional Contra la Corrupción, y ayer lunes 10 de diciembre, Día Internacional de los Derechos Humanos, conmemorábamos los 70 años de su declaración universal.

De acuerdo al Secretario General de la ONU, la presencia de la corrupción en todos los países, ricos y pobres, en el norte y en el sur, en el este y el oeste, roba a las sociedades escuelas, hospitales y otros servicios vitales, despojando a las naciones de sus recursos naturales.

Además, dice Guterres, socava el estado de derecho e incita a la comisión de delitos como el tráfico ilícito de personas, drogas y armamento y toda la evasión fiscal, el blanqueo de dinero y otros flujos ilícitos desvían recursos que son muy necesarios para el desarrollo sostenible. La corrupción engendra más corrupción y fomenta una cultura destructiva de impunidad.

Y nosotros, como país, si que conocemos de eso: que el dinero nunca alcance para resolver los problemas graves que tiene este pueblo y si sobre para engrosar fortunas privadas, asociadas a los poderes, que han ido conformando una sociedad que apenas sobrevive manteniendo ese parasitismo irracional que ha enquistado la práctica de la corrupción.

El más reciente reporte de Transparencia Internacional (2017) coloca a la República Dominicana en el puesto 135 entre 183 naciones más corruptas y uno de los siete más corruptos de América Latina. Solo hay que decir que aquí, el presupuesto del PIB más alto, es el de la corrupción: un costo anual de 26 mil millones de pesos, que es el 7% de Producto Interno Bruto de este país, de acuerdo a investigaciones de Oxfam RD, conocidas en octubre de 2017. Es decir que sobrepasamos la media que dice que la corrupción es el 5% del PIB a nivel mundial.

Y eso, si afecta los derechos fundamentales de las personas! La corrupción empobrece a la ciudadanía, y además, mata a las personas y destruye la democracia de un país, y teniendo raíces transnacionales, organizaciones criminales diversificadas sectorialmente y de gran movilidad territorial, se instalan con facilidad, como ya lo han hecho aquí.

En la R. Dominicana, la corrupción está enquistada en la práctica política de los partidos, al menos, «tradicionales» que han demostrado el enriquecimiento ilícito de las autoridades, a través del ejercicio nepótico y clientelar descarado, presente e impune.

Entonces, seguimos esperando en la indefensión frente a esta avalancha de promesas electorales que vienen? Hay que abrir los ojos!

El Nacional

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