“Lo que no se cuenta, no existe. Y en República Dominicana, lo que no se hace, también mata.”
Cada octubre, el país se viste de rosa. Pero detrás de los gestos simbólicos se esconde una verdad más dura: el cáncer de mama no se combate con campañas, sino con acceso real a la detección temprana. El lazo rosa no salva vidas; la mamografía sí.
La mamografía es la prueba estándar para identificar el cáncer de mama. Según los protocolos nacionales, debe realizarse una vez al año en mujeres entre los 40 y los 74 años. Sin embargo, de enero a septiembre de 2025, el Servicio Nacional de Salud (SNS) solo reporta 23,026 mamografías en todo el país. De acuerdo con la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE), en ese rango de edad hay 1.4 millones de mujeres.
Esto significa que ni siquiera el 3% de la población en riesgo ha tenido acceso a una mamografía este año.
El resultado es devastador: el 60% de las mujeres diagnosticadas con cáncer de mama recibe la noticia cuando ya está en etapas avanzadas, cuando el tratamiento es más costoso y las posibilidades de sobrevivir se reducen drásticamente. Todo por una prueba que podría costar menos que una vida.
Trece provincias —el 41% del país— no han reportado una sola mamografía en lo que va de año.
No se sabe si es por falta de equipos, porque los mamógrafos están dañados o simplemente porque no se utilizan. Entre ellas figuran San Francisco de Macorís, Nagua, Moca, Cotuí, Santiago Rodríguez, Samaná, San Pedro de Macorís, El Seibo, Hato Mayor, Baní, Dajabón, Elías Piña y Jimaní. Miles de mujeres están completamente desprotegidas.
La desigualdad se profundiza al analizar la distribución: el 67.3% de los estudios se concentran en el Gran Santo Domingo.
El INCART lidera con 4,487 estudios, mientras hospitales con alta demanda reportan cifras alarmantes: el Dr. Marcelino Vélez Santana con 600, la Dra. Evangelina Rodríguez con 185 y el Hospital Ciudad Juan Bosch con apenas 28. Santiago, con dos centros, realiza 1,471 mamografías, y Puerto Plata, con uno solo, reporta 1,791.
¿Qué hace a «La Novia del Atlántico» más eficiente?
En el sur, desde San Cristóbal hasta Pedernales, solo se han reportado 1,374 mamografías. Donde hay equipos, la subutilización es escandalosa: el hospital de Cabral solo realizó 7 estudios y el Dr. Federico Armando Aybar, apenas 8.
Frente a este colapso del sistema público, surge la pregunta inevitable: ¿estará el sistema apostando al sector privado, donde una mamografía puede costar lo mismo que una semana de comida para una familia? Esta implícita transferencia de responsabilidad hacia el sector privado constituye una apuesta que las mujeres de escasos recursos están perdiendo.

