Menos de 24 horas después del disparate de tres diputados de aconsejar a la Policía de actuar con mano dura frente a la delincuencia, la embajada de Estados Unidos emitió un comunicado de condena a ese pronunciamiento que tildó como un llamado a matar de manera extrajudicial a supuestos criminales…
Es claro que la exhortación de los legisladores Héctor Feliz, Alfredo Martínez y Luisín Mejía, para que se ajusticie a personas sindicadas como delincuentes, no compromete a la Comisión de Interior y Policía de la Cámara de Diputados ni a ese hemiciclo, por lo que la declaración de la legación debe definirse como desproporcionada.
Llama la atención que ante un disparate dicho fuera de agenda por tres legisladores, la embajada estadounidense se destape con un documento de censura de tal magnitud que ofrece la impresión de que República Dominicana no tiene perfil ni vocación de sociedad democrática o de que aquí no se respeta el debido proceso de ley.
No vale la pena preguntar con qué calidad esa legación se arroga derecho para censurar públicamente a legisladores, funcionarios, o representantes de los poderes públicos de la nación. Al menos se debería ofrecer igual derecho de flagelación a los embajadores de todo el mundo acreditados aquí.
El embajador de Estados Unidos debería saber que los tribunales penales de la República son tan respetuosos del debido proceso, que la mayoría de los delincuentes que asesinan, secuestran, roban, violan y atracan, son transgresores reincidentes que obtienen su libertad tras incurrir en un crimen violento gracias a un Código Procesal Penal de manufactura anglosajona.
La censura mediática al desaguisado de esos legisladores no debería servir de pretexto a sectores nacionales y extranjeros para ahogar el clamor ciudadano de que Ministerio Público y orden judicial actúen con drasticidad ante toda forma de delincuencia, porque la verdad es que la población está hoy virtualmente indefensa ante el auge de la criminalidad.
El término de crimen extrajudicial, mencionado en el documento de la embajada de Estados Unidos ha sido acuñado por el Departamento de Estado para censurar las muertes de supuestos delincuentes a manos de la Policía, sin que esa acepción se aplique a los niños que mueren por bombardeos o explosión de minas en muchas partes del mundo.
Aun con un régimen de derecho todavía endeble y limitado, los dominicanos ya conocen el significado de una sociedad democrática y justa, que no sólo incluye garantía de la vida de todos los ciudadanos, incluidos los delincuentes, sino también los conceptos de soberanía, independencia, equidad en el intercambio comercial y autodeterminación.

