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La ética

La ética

Entender y adentrarse en la conducta humana es el desafío filosófico de la ética que estudia ese laberinto emocional de lo bueno y lo malo, lo correcto y lo incorrecto, el buen vivir, la moral, la virtud, la felicidad y el deber que son parte del espíritu mismo del ser humano y la sociedad donde habita. La ética como disciplina académica y normativa que regula la conducta humana es cada vez más importante y necesaria en nuestras escuelas que es donde se forman los futuros ciudadanos de nuestra sociedad.

Esta filosofía que reflexiona sobre los problemas morales no se limita a observar y describir la conducta humana y determinar si sus acciones son buenas o malas sino más bien ayudar encauzar la misma. Los orígenes de la ética y su estudio se remontan a la Antigua Grecia donde Aristóteles proponía que todo lo que conduce al hombre a su propio bien y al logro de sus verdaderos fines es una acción buena y todo lo que lo desvía de ese objetivo es una acción mala donde el bien es el fin último creyendo necesario para ello remitirse a la ciencia ética individual y luego a la ciencia ética política.

Para Aristóteles existe una naturaleza humana, una forma a priori de ser del hombre con valores absolutos siendo la felicidad el fin al que aspira todo hombre, donde la moral y el intelecto son virtudes que necesitan de medios externos para lograrlas. Según Aristóteles para ser bueno, se necesita desarrollar un buen carácter por medio del accionar virtuoso, ya que el hombre tiene una predisposición habitual hacia la virtud.

El accionar virtuoso crea un hábito y a medida que avanza la educación el hombre se puede dar cuenta que esa actitud le reporta únicamente beneficios, por lo tanto la adopta para siempre y así de esa manera se convertirá en un virtuoso moral. La virtud tiene que encontrar su justo medio, ni caer en excesos ni en defectos con la disposición a elegir en base a las reglas del hombre virtuoso, o sea que posea la sabiduría práctica esencial para saber qué es lo que tiene que hacer según las circunstancias.

Para poder ser éticos es imprescindible orientar nuestros actos hacia el bien, tener una conducta moral estable, que no se logra con actos buenos de vez en cuando, sino con hábitos y con virtudes. Una sociedad orientada a la ética y los valores morales es en lo que necesitamos enfocarnos como sociedad, ahí está el génesis, el ADN, el genoma de la sociedad que queremos lograr.

Si queremos una clase política y una sociedad más ética, tenemos que incentivar y premiar la buena conducta, los valores y sancionar dando el ejemplo claro y sin vacilaciones las malas prácticas, como la corrupción y la impunidad, entre otros graves males. Que la ética se convierta en nuestra mayor meta como sociedad.

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