Como para que nadie dude que la covid-19 puede contagiar a cualquier persona sin importar edad, sexo, religión, posición política o jerárquica, el presidente Donald Trump informó esta madrugada que él y la primera dama, Melania Trump, han dado positivo por coronavirus.
Los nombres de Trump y de su esposa figuran en la extensa lista de más de siete millones de estadounidenses que han sido contagiados por el nuevo coronavirus, de los cuales cerca de 208 mil han perdido la vida.
En República Dominicana se registraron ayer 519 casos nuevos de coronavirus, aunque no hubo decesos, porque las tres muertes reportadas corresponden a fechas anteriores, pero no debería olvidarse que 112 mil 728 personas han sido contagiadas, de las cuales han fallecido 2,108.
Los reportes de Salud Pública revelan un relativo control o disminución de cifras relacionadas con contagios, letalidad, ocupación de camas hospitalarias y ventiladores, pero se advierte sobre el incremento de la positividad entre jóvenes menores de 20 años y de mujeres embarazadas.
Un segundo rebrote de coronavirus afecta ya a Estados Unidos, Reino Unido, España e Israel, en tanto que la mayoría de las naciones de Latinoamérica no han logrado controlar el primer oleaje pandémico, cuya incidencia los científicos advierten que se prolongaría por al menos dos años.
El presidente Trump no creyó que la pandemia alcanzaría tan altos niveles de letalidad ni que virtualmente paralizaría la economía de Estados Unidos y la del mundo, pero una dramática realidad de cientos de miles de decesos y millones de contagiados lo obliga a modificar su errónea percepción.
Los esfuerzos por contener los contagios de coronavirus y procurar un rápido retorno a la nueva normalidad corren el riesgo de frustrarse por el frecuente desenfreno en que incurren amplios sectores de la población, que violan el protocolo sobre uso de mascarilla, lavado frecuente de manos y mantener distancia social.
La tozuda realidad muestra el peligro de una pandemia de naturaleza letal que no respeta rango social ni jerarquía política, que ha provocado más de un millón de muertos y 34 millones de contagios en el mundo, de la que no ha podido escaparse el hombre más poderoso de la tierra, que hoy informa que ha dado positivo junto a su esposa. He ahí una gran lección que los dominicanos deberían asumir con conciencia y obediencia.

