Opinión

La historia falseada

La historia falseada

Los que pretenden falsear la Historia con mamotretos que consideran libros pretenden reivindicar la memoria de quien fuera el más terrible tirano de América y posiblemente del mundo, solo comparable con Hitler, como si los dominicanos fuéramos  olvidadizos.

La propaganda  para pintar a Trujillo como “nacionalista y patriota” podrá confundir a jóvenes que no han incursionado en la reciente Historia, pero  más temprano que tarde se convencerán, igual que los que no hemos olvidado los horrores de la tiranía, de que  se trata es de adormecer a un pueblo cansado de abusos e inequidad.

Trujillo fue  delincuente desde su juventud, cuando junto a algunos de  sus hermanos formaba parte de la llamada “pandilla de Pepito”, en San Cristóbal, refiriéndose al padre de esos engendros. Esa pandilla,  luego cometió vulgares actos de cuatrerismo, como está documentado en los archivos judiciales.

Rafael Leonidas Trujillo, cuando estuvo al servicio de los interventores norteamericanos, también fue  violador, como está también documentado, pues violó a una muchacha llamada Isabel Guzmán en la propia iglesia de Los Llanos. No obstante haberse escuchado los testimonios de la joven y otros testigos ante la Justicia Militar, los norteamericanos archivaron el caso.

Trujillo, el que devino en tirano, formó también parte de las tropas norteamericanas que persiguieron a los patriotas del Este, que se rebelaron contra la intervención armas en mano, y a los que luego bautizaron como “gavilleros”.

La más reciente voz que hace la apología de las supuestas bondades de Trujillo no solamente trata de enlodar a familias respetables, involucrando a Luis Amiama Tió en el mas terrible asesinato de las tres heroínas de nuestra historia , que el mismo  sátrapa su padre, cometió.  Amiama Tió, siempre alegre y campechano, fue un hombre cordial, conciliador, patriota a toda prueba, como también a las familias Imbert y Báez Díaz, como forma de desacreditarlos, una inútil pretensión, porque su historia está ahí, y ha sido ampliamente divulgada.

Hablar de que los gastos enormes en que incurrió Ramfis Trujillo en los Estados Unidos fueron producto “de su peculio personal” es una afrenta al pueblo, que conoce con detalles la forma en que los Trujillo, al huir como ratas cobardes cuando el pueblo reclamaba justicia en 1961, lograron sacar enormes fortunas robadas al erario.

El Nacional

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