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Los elementos señalados en las dos entregas anteriores, más otros dispersos a través de los demás libros sobre los cuales hemos estados reflexionado del mismo Pedro Baños, tienden a ser parte intrínseca de los artilugios usados por las llamadas potencias mundiales para la adquisición de más poder, y con este, claro está, continuar la ruta para el control ya sea interno o global.

El libro La Encrucijada Mundial, Un Manual Para el Mañana, nos refiere en las páginas 20 y 21 que “No podemos seguir transitando por este camino. Las viejas estructuras políticas y sociales ya no satisfacen al ciudadano.

Las relaciones con sus representantes están en crisis. Los nuevos paradigmas sociales exigen formas de pensamientos diferentes y divergentes”, de ahí la importancia de mantenernos postrado ante una infantilización que la gran mayoría ni siquiera hemos logrado entender.

A través de finas estrategias usadas tanto por nuestros gobiernos tercermundistas como por esas grandes potencias, es por donde nos están inyectando con cuántos recursos han considerado pertinentes, todo tipo de herramientas, con el objetivo de tenernos sumergidos dentro de un espiral visual y emocional, con múltiples contenidos basuras que nos “obligan” a consumir, y en donde gran parte de los medios de comunicación para ganar adeptos y de esta manera aumentar sus ganancias, olvidan hasta sus principios éticos.

También a través de múltiples recursos tecnológicos es por donde transitan gran parte de los que son aquellos elementos considerados claves para adormecernos como niños al que le dan su biberón y le cantan una canción de cuna. Prácticamente nos están zombificando y no nos estamos dando cuenta.

El «minado» terreno sobre el que pisamos como especie es altamente peligroso. No hay que ser un mago para llegar a la conclusión de que el “Internet se ha convertido en el quinto poder”, página 40, y que es además uno de las principales elementos por donde los “bancos de pensadores” trabajan, a fin de lograr el control tanto interno como externo y llevarnos a lo que precisamente es el título de la presente reflexión: la Infantilización Social.