Oquendo Medina
Soy un dominicano que siempre ha respetado la constitución de la República. Al igual que yo, otros dominicanos, millones de hombres y mujeres preocupados por todo cuanto está aconteciendo hoy día, le pedimos cortésmente a la Junta Central Electoral una explicación válida ante la lluvia de cuestionamientos negativos y contundentes surgidos desde antes de finalizar las primarias abiertas del 6 de octubre del presente año.
Juro que no logro comprender por qué la JCE no le ha dado respuesta a lo requerido por Leonel Fernández, ex presidente de la república y, actualmente, presidente del Partido de la Liberación Dominicana.
Lo cierto es que el fantasma del fraude ha aparecido de nuevo en nuestro país. De ahí que Leonel no esté solicitando nada absurdo ni fuera de lugar. Todo lo contrario, muy respetuosamente, simple y llanamente está pidiendo que ese organismo especial inicie una auditoría técnico forense a los fines de poder determinar de qué manera, cuándo y dónde, manos y mentes perversas lograron manipular los resultados electorales.
Recordemos que fue la misma JCE que dijo que todo se trataba de un plan piloto. ¿Qué se está ocultando? ¿Por qué la terquedad? ¿Qué cosa lleva a la JCE a ignorar los pedidos de un protagonista del proceso? ¿Cuál es el miedo? ¿Acaso olvida la JCE que en febrero del 2020 celebraremos un certamen electoral y que tres meses después, en mayo, volveremos a efectuar otros comicios?
De lo que se trata es de transparencia.
