Para un buen hábito de lectura hay que tener disciplina.
Los estudios realizados en los últimos años han demostrado que la lectura puede mejorar la conectividad cerebral, reducir el estrés, mejorar la memoria y la concentración, estimular la creatividad y mejorar la empatía.
El psicólogo Ricardo Rodríguez resalta de la importancia de la lectura y cómo influye en la salud mental y emocional.
¿Cómo puede la lectura influir positivamente en la salud mental de una persona?
No hay dudas de que la lectura influye positivamente no solo en nuestra salud mental, también hay estudios que demuestran que a nivel fisiológico nos ayuda enormemente, se ha demostrado que quienes leen activamente son capaces de mejorar la conectividad de sus neuronas.
En el plano que nos ocupa, la salud mental, ayuda a que desarrollemos empatía, nos permite conectar con los personajes, tener otros puntos de vista, nos amplia la imaginación, podemos simular el estado mental del otro y esto por supuesto, reporta muchos beneficios.
¿Existen géneros literarios específicos que recomiendan para mejorar el bienestar mental?
Los libros de autoayuda, tan fuertemente criticados, son fuente de crecimientos y aprendizajes sin fin, que, por supuesto, van a reportar un bienestar emocional si aplicamos y comprendemos lo que el autor quiere transmitir de forma específica. Lo que sí recomiendo es que el autor sea un profesional de la conducta, que sus estudios puedan ser verificables, porque en el mercado hay de todo.
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¿Cuáles son los beneficios cognitivos asociados con la lectura regular?
Desarrollo de la empatía, podemos ampliar nuestra cosmovisión del mundo. Es un aliado para alejarnos de las pantallas que tanto tiempo nos roban, un tiempo precioso perdido que está comprobado que nos lleva inconscientemente a la comparación y al aumento del estrés, ansiedad y depresión.
¿Cómo puede la lectura ayudar a las personas a gestionar el estrés y la ansiedad?
Un buen libro nos atrapa y enamora, es un tiempo perfecto para estar con nosotros mismos y con los personajes que desarrolla la narración. Es cierto que la recompensa a nivel de dopamina en nuestro cerebro es inmediata con el uso de celulares y pantallas, pero tiene la contradicción que para sentir lo mismo necesitamos cada vez dosis más altas.
En cambio, con el libro, la recompensa es más lenta pero más duradera, porque al final cuando llegamos a la última página, no significa que el libro acabó ya que lo llevaremos dentro y el conocimiento y aprendizajes que obtuvimos, va moldeando nuestras acciones, nuestro estilo de vida. De aquí la frase de que somos el resultado de, entre otras cosas, los libros que leemos.
¿Hay alguna recomendación sobre la cantidad de tiempo que se debe dedicar a la lectura para obtener beneficios para la salud mental?
No hay un tiempo específico. Lo que sí es importante, como todo en la vida, es crear un hábito. No forzar nada. Hay una distorsión cognitiva conocida como “los debería” que resultan contraproducente en estos casos. No es lo mismo decir: Yo debería leer, a decir “yo quiero leer”.
Fíjate que hay un mandato implícito en el “tengo que” y en el “debo de” que al final no apoyan nuestro objetivo. Lo primero es querer y en esa medida hacer un plan de lectura que inicie con pocos minutos al día o pocas páginas al día, aunque se pueda leer más, no pasarme del poco tiempo establecido, con la disciplina y constancia, ese tiempo se puede ir extendiendo hasta que sea una costumbre.
¿La elección de lecturas específicas puede adaptarse a las necesidades individuales de los pacientes en terapia?
Sí, como tarea los terapeutas solemos asignar para el hogar la lectura de ciertos libros, o fragmentos. Obviamente, esto no aplica para todo tipo de pacientes, ya que todos no aprendemos de la misma manera ni tenemos las mismas aptitudes. Va a depender de cada persona.
