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Tecnología y la salud mental de niños y adolescentes

Tecnología y la salud mental de niños y adolescentes

La tecnología digital se ha convertido en una parte cada vez más importante de la vida de las personas, transformando radicalmente la forma en que se comunican, trabajan, se entretienen y un largo etcétera.

Pero ¿Cómo han impactado la tecnología y la era digital la salud mental en niños y adolescentes?

La psicóloga clínica, Franchesca Mariel De la Rosa Rosario, explica que la era digital no se puede encasillar dentro de renglones estrictamente negativos, ya que lo que afecta la salud mental es el uso y el conocimiento de las mismas, siendo la etapa infanto-juvenil una de las más afectadas en la actualidad por el uso de la tecnología.

Tecnología y la salud mental de niños y adolescentes
Franchesca de la Rosa

“La exposición temprana a los dispositivos electrónicos puede causar una adicción, cuando más temprano sea su uso, la dependencia a los aparatos electrónicos puede generar ansiedad, agresividad, aislamiento y depresión.

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En mi experiencia, con niños menores de seis años expuestos al uso de pantallas por largos periodos de tiempo, presentan incapacidad para autorregularse, para entretenerse en juegos funcionales y una adición a la descarga de dopamina que experimentan”, dice la experta en terapia de conducta infantil.

Señala que a pesar de que la tecnología en la actualidad es una herramienta necesaria, debe de utilizarse con precaución, vigilancia y por cortos periodos de tiempo.

“Es importante evitar su uso como pacificador emocional de los niños, para calmar berrinches. Lo adecuado es enseñarles cómo autorregularse, cómo solucionar problemas y cómo manejar las emociones, habilidades claves para un desarrollo emocional saludable”.

Para la estimulación temprana y comunicación alternativa, uno de los principales desafíos es educar a las familias para la prevención de daños en el desarrollo del cerebro de sus hijos, puesto que los años donde se produce el desarrollo clave del cerebro es durante los primeros siete años de vida, con un periodo aún más importante de los uno a los cuatro años.