El ex presidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva esbozó ayer ante la Cámara Dominicana de la Construcción la muy sencilla receta aplicada desde el Gobierno con la que logró rescatar a 40 millones de brasileños de la pobreza y pobreza extrema y convertir a esa nación en la sexta economía del mundo.
La fórmula con la que Lula da Silva consiguió el milagro brasileño se basa en no gastar más de lo que se recauda, promover acceso al crédito para los sectores menos pudientes, diversificar mercados y oferta exportable y que los empresarios no sólo piensen en el lucro.
La experiencia contada por el ex mandatario brasileño contrasta con los complejos brebajes que acostumbra a imponer el Fondo Monetario Internacional y otros organismos multilaterales que por lo general provocan efectos secundarios devastadores que agravan la situación de hambre y exclusión.
Sorprende que esa receta sobre políticas públicas, usada para afrontar el difícil cuadro de atraso económico y desigualdad social que en 2005 atribulaba a Brasil, sea de contenido tan sencillo y fácil de aplicar, tanto así que Lula da Silva dijo que la base de la fórmula, no gastar más de lo recaudado, fue sugerida por su progenitora.
Lo de promover el acceso al crédito para la clase menos pudientes, bajo el criterio de que mientras más tienen los pobres más pueden gastar, lo que hará posible que la economía crezca, parece tan sencillo que resulta inexplicable que aquí no se haya aplicado antes.
Aunque el ex mandatario aconseja no gastar más de lo recaudado, lo que significa déficit fiscal cero, propone continuar las inversiones pese a la crisis económica, lo que resulta muy distinto a la receta de enseñar el burro a no comer, muy en boga en los escritorios del FMI.
Un contenido esencial de la Fórmula Lula, lo representa la diversificación del comercio y las exportaciones para lo que sugiere romper el cerco que limita el flujo comercial a Estados Unidos y Europa y procurar nuevos socios comerciales en América, el Caribe, Asia y África.
La responsabilidad social del empresariado es también un componente importante de tan valiosa receta gentilmente ofrecida al Gobierno y a la sociedad dominicana por Luiz Inácio Lula da Silva, que desde la presidencia de Brasil combatió con éxito a la pobreza y convirtió a esa nación en la sexta economía del mundo.

