Hará cerca de una década que el estratega geopolítico y profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Harvard, Samuel P. Huntington, afirmó en su recomendable libro “¿Quiénes Somos? Los Desafíos a la Identidad Nacional Estadounidense” que una de las amenazas más seria que tendría que enfrentar el mundo contemporáneo sería las inmigraciones.
Pero algo más interesante, el también asesor político del Departamento de Estado de los Estados Unidos advierte que, ante el descontrol de las inmigraciones masivas que se están verificando en el mundo se hace imprescindible que los Estados comiencen a cambiar la tradicional estrategia de seguridad nacional por el concepto denominado seguridad societal.
Pero que son y qué significan estos conceptos para que se pueda entender lo que estamos planteando. Veamos. La seguridad nacional explica Huntington, implica el mantenimiento de la independencia, la soberanía y el territorio de un Estado frente al ataque militar y al dominio político de otro Estado. Se centra pues, en el control político.
Sin embargo, la seguridad societal la define como la capacidad que tiene una sociedad para preservar su carácter esencial bajo condiciones cambiantes y amenazas posibles o reales. Esta capacidad consiste en preservar las pautas tradicionales de la lengua, cultura, asociación e identidad y costumbre religiosa.
Vista entonces estas conceptualizaciones recomendadas por el reputado politólogo en el texto en referencia, se hace necesario que los países de América Latina y muy especialmente la República Dominicana adopte el concepto societal planteado por el autor para que pueda enfrentar con éxito este fenómeno que le amenaza frente a su vecino Haití y otras posibles inmigraciones foráneas.
Planteamos esto porque el proceso de globalización contemporáneo, iniciado después de la Segunda Guerra Mundial y consolidado tras el colapso de la Unión Soviética, estableció un sistema mundial de libre circulación de capitales, bienes y personas.
Tanto es así, que el más reciente informe sobre las migraciones del Atlas Geopolítico de la Diplomacia 2010 indica que el tránsito de inmigrantes en todo el mundo ronda los doscientos millones de personas convirtiéndose en el nuevo fenómeno del siglo XXI.
Ahora bien, las inmigraciones constituyen un fenómeno demográfico sumamente complejo que responde a causas diversas y muy difíciles de determinar, en especial porque debido a las migraciones irregulares o disfrazadas de actividades turísticas o de otra índole, los datos cuantitativos son difíciles de obtener, especialmente en el caso de los países subdesarrollados.